Popularmente se dice que el que trabaja de lo que le gusta no tendrá que trabajar un solo día de su vida, pero fuera de este debate es común ver cómo figuras o personas que pasan toda su vida ejerciendo un trabajo finalmente terminan saturados. Quizá no por el trabajo sino por lo que conlleva, que es lo que muchas veces causa que personas dejen sus trabajos. Estas cosas ocurren en cualquier trabajo, en una oficina o un set de grabación, nadie se salva de esto, y Woody Allen no es una excepción, quien después de haber estrenado su última película generó desconfianza sobre si podríamos esperar una nueva cinta del director.

Los comentarios de Woody Allen desalientan, pero no son definitivos

Recientemente, se ha estrenado 'Golpe de Suerte', una película de Woody Allen rodada y financiada en Francia, la cual encontró en España su segundo mercado más importante, recaudando un poco más de millón y medio de euros en taquilla, quedando España por detrás de Italia, pero delante de Francia, que fueron primer y tercer mercado más importante, respectivamente. El director explicó a AirMail en una entrevista que estaba decepcionado de la forma en la que funcionaba la industria actual del cine, muy distinta a la que vivió años atrás mientras dirigía sus primeras películas, y esto en concordancia con lo que ya había declarado mientras estaba dirigiendo 'Golpe de Suerte'. cualquiera pensaría que esta sería la última película del Allen, pero su representante calmó las aguas asegurando que no pretendía retirarse, pero han ocurrido cambios en la forma de hacer cine que a él personalmente le disuaden de trabajar en otra película.

“Todo el romance del cine se ha acabado”

Parte de lo que dice el director tiene que ver con el proceso natural en cada industria. El crecimiento del cine como negocio causa que se produzcan muchas más cintas que los directores más “clásicos” definirían como un producto y no como el verdadero arte, una categoría en la que notoriamente cae Woody Allen. Además, mira con desaprobación los métodos a los que deben someterse directores como él cada vez que desean afrontar un nuevo proyecto.

Tiene que ir de puerta en puerta buscando financiación, un proceso difícil que ya no está dispuesto a enfrentar y que aportaría mucho a los motivos de Woody Allen para quizá no animarse a hacer otra película. Sin embargo, asegura que si alguien se acercara a él dispuesto a apoyar su película económicamente no es una oferta que vaya a rechazar de inmediato. Al contrario, lo consideraría seriamente, y es por esto que aunque el director haya demostrado pocas ganas de hacer otra película, la probabilidad no es cero.