En un mundo donde los perros se han convertido en miembros de la familia, surge una voz disruptiva que no teme incomodar a los dueños más cariñosos. Víctor Mañanero López, criminólogo de formación, adiestrador de perros y creador del Método CPC (Coaching Personal Canino), asegura que los problemas de conducta de nuestros perros no son fallos del animal en sí, sino de los humanos que los crían. Su propuesta ha encendido la polémica: disciplina antes que caricias, reglas antes que mimos. Con más de 5.000 familias asesoradas, el experto afirma que la clave para convivir con un perro equilibrado está en aplicar una fórmula sencilla pero contundente: disciplina, ejercicio y cariño, en ese orden exacto. Su método va más allá de las correcciones de ladridos o paseos tranquilos. Propone algo mucho más radical: educar al dueño antes que al perro.
CPC: el método que une disciplina, ejercicio y cariño
Víctor bautizó su técnica como CPC (Coaching Personal Canino). No se trata de un simple manual de trucos, sino de un proceso de transformación personal. Cada capítulo de su libro incluye ejercicios prácticos tanto para el dueño como para el perro, y la idea es tan provocadora como efectiva: el perro cambia cuando su familia cambia. Según explica, los perros actúan por impulsos y recompensas, casi como una calculadora que rara vez falla. Los errores los comete el humano al confundir cariño con permisividad. Aquí entra en juego la fórmula que Mañanero nunca se cansa de repetir: Disciplina, Ejercicio y Cariño (DEC). El orden es vital, asegura, y alterar la secuencia puede convertir al animal en un auténtico tirano doméstico.
“Donde duerme el humano, no duerme el perro”
Una de sus afirmaciones más incendiarias es tajante: “Donde duerme el humano, no duerme el perro”, sentencia con la autoridad que le da haber visto casos extremos de desobediencia, ansiedad y hasta agresividad generados por la falta límites y de normas claras. Y es que, lo que muchos consideran un acto de amor, como dejar que el perro duerma en la cama, para Mañanero es un error monumental.
Para él, permitir que el animal comparta la cama con los humanos rompe la jerarquía natural de la manada y abre la puerta a conductas problemáticas. “He visto madres casi atacar a sus propios cachorros por meterse en su comedero”, afirmó. Su teoría se basa en la observación del comportamiento animal: la madre canina impone reglas y límites desde el primer día. Solo después permite el juego y, al final, ofrece afecto. Cuando se invierte ese orden en el hogar, explica, se generan perros dominantes, inseguros o dependientes.
El Método CPC no solo pretende adiestrar perros, sino transformar la vida de las personas. “Este no es un libro sobre perros, es un libro sobre ti”, asegura el autor en su obra disponible en Amazon. Cada capítulo propone ejercicios prácticos tanto para el dueño como para la mascota. Desde técnicas para modular la voz hasta dinámicas de socialización y control de la ansiedad. Pero en sus consultas no solo trabaja con el perro, sino con la dinámica completa del hogar. Desde padres que humanizan a su mascota como un hijo más, hasta niños que convierten al perro en cómplice de travesuras sin autoridad que los frene. Su experiencia le ha demostrado que cada casa es un mundo, pero la raíz del conflicto suele repetirse: exceso de mimos y ausencia de normas. Una combinación explosiva que alimenta el 99% de las llamadas de auxilio que recibe a diario.