La Copa del Rey ha sido una de las apuestas de TVE. La cadena se ha arruinado para poder emitir en exclusiva la final que enfrentaba al Barça y la Sevilla, dejándose ni más ni menos que 3,5 millones de euros. Una cifra desorbitada pero que les ha garantizado que toda la audiencia haya tenido que poner La 1.

Cuatro años hacía que no emitían una final de Copa, pero la espera les ha valido la pena: teniendo ahora el control absoluto. La polémica, sin embargo, ha rodeado esta retransmisión desde que se hizo público que serían ellos los que la emitirían. ¿Por qué? Teniendo en cuenta los antecedentes, recordando la final de 2011 en la que alguien del departamento de sonido se dejó subido el audio del himno y bajado el del ambiente; o la de 2009 cuando conectaban con Bilbao y Barcelona para ver el ambiente que se respiraba justo cuando empezaban los silbidos en el campo. Todas las miradas estaban centradas, pues, en el nivel de decibelios en el que estaría el himno español en la final de este sábado.

Pues bien, los pronósticos se han cumplido al detalle. La afición del Barça recibió al rey Felipe VI y el himno de España con una pitada ensordecedora, pero la Real Federación Española de Fútbol cumplió también con la decisión de subir la megafonía por encima de los 100 decibelios. El monarca casi no pudo escuchar el himno por culpa de unos aficionados que gritaron como nunca, pero los teleespectadores no tenían esta sensación...

La polémica seguía cuando cazaban a un policía fotografiando aficionados del Barça que silbaban el himno español, pero la cadena hacía caso omiso y se esforzaba en buscar culés con banderas de España. Y lo mismo pasaba en el minuto 17:14, cuando empezaban unos fuertes gritos de "independencia" y "libertad" en las gradas culés y un intento de silenciarlos con unos gritos de Que viva España que se sintieron mucho más nítidamente por TVE.

TVE volvió a recibir una lluvia de críticas al ver que estaban manipulando, jugando con el volumen y los planes para hacer ver que todo iba bien. De hecho, muchos teleespectadores se dieron cuenta de que casi no enfocaron a los aficionados del Barça, criticando mucho la maquiavélica tarea del realizador. Así como también sorprendió que mostraran como Iniesta levantara la copa pero fueran rápidamente a poner una película en cambio de mostrar más tiempo la celebración.

La cadena pública, en entredicho de nuevo.