Toni Cruanyes es uno de los presentadores más queridos de Catalunya. Y no solo por su talento, rigor, veracidad y profesionalidad. El periodista y editor del TN Vespre de TV3 es líder indiscutible con su informativo, el espacio más visto por los espectadores catalanes. Y no es de extrañar. Cuándo él se pone delante de cámaras a explicarte todo lo que ha pasado durante el día, no tiene rival. Y ya son unos cuantos años haciéndolo. "Estoy contento porque el 'TN Vespre' lo peta mucho, las audiencias son muy buenas, pero también estoy contento desde el punto de vista cualitativo. Ahora hará diez años que lo hago, es fuerte, ¿eh?". Pero el bueno de Cruanyes no solo se ha ganado que la gente le quiera por el trabajo impecable que hace. También tiene mucho que ver su bondad, su carácter afable, siempre dispuesto a ayudar a quién lo necesita, siempre con una sonrisa y una palabra agradecida en el momento oportuno, siempre dispuesto a echar una mano. Tiene una bondad que desarma, y la gente que le quiere y lo conoce desde siempre destacan de él que siempre ha sido así.

Toni, además, quizás sin proponérselo, es uno de los máximos exponentes en Catalunya de lo que tendría que ser lo más normal del mundo: el respeto a todo el mundo por igual, sea cuál sea su condición sexual, nos guste quien nos guste a cada uno. Pero él sabe que lamentablemente no es así en todas partes. Todavía hay muchas partes del planeta donde la homosexualidad no es solo que esté mal vista, sino que está castigada. La homofobia es una lacra que esperemos que algún día desaparezca de una puñetera vez. Y aunque ahora, en pleno año 2023, él se sienta orgulloso por haber podido formar una familia con su marido Eugeni Villalbí, "con el que llevo casi el doble que tiempo haciendo el 'TN Vespre' (es decir, casi 20 años) y haber tenido dos preciosos hijos, tiene muy presente que no hace mucho no parecía que algún día pudiera llegar a hacerlo. En una entrevista necesaria y absolutamente sincera con Roger Escapa en El Suplement de Catalunya Ràdio, Cruanyes ha hablado de cómo de difícil veía el futuro cuando él era joven, con respecto a su homosexualidad.

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Roger Escapa y Toni Cruanyes / Catalunya Ràdio

"Cuando yo era adolescente no había nadie que fuera homosexual que apareciera como yo ahora, que hago mi trabajo y no me quita credibilidad como periodista mi orientación sexual", empieza diciendo. ¿Cuáles eran tus referentes?, quiere saber Escapa. "Los referentes eran negativos. A mí me costó mucho aceptarme a mí mismo como homosexual, solo por el hecho de pensar: '¿Qué es lo que tienes en la cabeza cuando piensas en homosexual, gay o 'maricón', la manera despectiva que se utilizaba, y casi la única?'". Unos referentes, lo que se veía por televisión, "que todo eran chistes del Arévalo, a los únicos que se permitía reconocer como homosexuales eran gente del espectáculo de más baja estofa, del mundo de la prostitución... delante de todo eso, lo primero que hacías era negarte a ti mismo. Ser homosexual quería decir eso e imaginarte que tú no podrías tener familia. Ya no te digo ser padres, eso no era imaginable". Por suerte, los tiempos cambiaron y sí que lo ha podido hacer.

Cruanyes, sin embargo, recordando todavía los tiempos de juventud, lamenta que "nos falta un poco de perspectiva. Yo no soy de una generación en que a los homosexuales los metían en la cárcel, pero sí que todos los referentes eran negativos". El periodista también ha tenido un sobrecogedor recuerdo de que "en mi pueblo solo había una persona que fuera homosexual, que todo el mundo reconocía, que le llamaban 'el gitanet'. Aparecía en las fiestas, se emborrachaba, la gente no le hacía daño, pero sí que alguien lo insultaba. Acabó mal. Tenía una pareja, vivían en una caravana, y acabó matándolo. Acabó siendo víctima de violencia machista, entonces no lo llamábamos así". Escuchen toda la conversación, porque han sido 27 minutos de radio absolutamente indispensables.

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