Manuel González Hernández es teniente coronel del Ejército español. Concretamente, oficial de artillería. Su currículum también incluye otras áreas de conocimiento como el yihadismo, la geopolítica, religiones, Islam, conflictos y en general, las estrategias a seguir en la Escuela de Guerra del Ejército. ¿Por qué tanto interés en este hombre? Pues por su habilidad más sorprendente y, en teoría, menos castrense. Manuel es todo eso y, además, un cantante frustrado. Bueno, no del todo: acostumbra a subir a escenarios y cantar como si aquello fuera Broadway. Di Broadway, di una pequeña sala de eventos de las fuerzas armadas. Da igual. Lo que importa es transmitir el arte que le corre por las venas.

El teniente González es uno de los hombres más famosos del día. Está empatando, si no superando, con todo un Felipe VI en la competición de atención mediática. El rey y su hija Leonor se han hecho bastante virales por las fotografías distribuidas por Zarzuela, con padre e hija comiéndose una paella incalificable durante la visita del monarca a las maniobras que la dama-cadete realiza en el Campo de San Gregorio, en Zaragoza. El Borbón ha vuelto a abandonar a su mujer, por enésimo fin de semana, y se ha ido a pasar el día con su hija. Exacto: como hacen los padres divorciados. Sin embargo, Manuel está ganando la partida gracias al numerito que ha armado ante la ministra a Margarita Robles durante la entrega del premio 'Soldado Idoia Rodríguez'. Ha dado la nota.

teniente canta X
El teniente coronel Manuel González Hernández / X

El organización del galardón avisaba, momentos antes de dar por finalizada la cita: "El teniente coronel Manuel González Hernández interpretará una pieza musical que versa sobre el convencimiento de que no existen sueños imposibles". El hombre, con paso firme y decidido, bien marcial, se coloca en el atril de juguete y, literalmente, lo da todo con un tema del musical 'El hombre de La Mancha': el escogido, 'The Impossible Dream'. A partir de allí, el síncope. Suban el volumen, si son valientes. Y si no es así, cuerpo a tierra.

La irrupción de Manuel no es del todo nueva; ya hizo una primera incursión el pasado mes de diciembre, cantando en el Concierto de Navidad del Museo del Ejército. Pasó más desapercibido, seguramente por la vorágine de unas fechas tan señaladas. También, por qué no, por la magnanimidad que impera aquellos días de final de año, llenos de buenos propósitos y de buenrollismo. Pero claro, tres meses después de Papá Noel, el nivel es otro. La exigencia, también. El espectáculo vergonzoso que provoca el teniente cantante levanta polvareda. La red se debate entre el shock, arrancarse los oídos o pedir asilo político en el país más recóndito del planeta. Un planeta sin el sentido del oído, a ser posible. Muy fuerte, teniente coronel. Pero que muy fuerte.