Tamara Falcó tenía que estar el lunes en la gala People in Red, en Barcelona. Pero no acudió. Su gran amigo Juan Avellaneda, diseñador de moda y compañero de fogones en 'Masterchef', la excusó asegurando que "le salió algo de última hora en Madrid" y que no podría ir al acto. A pesar de que, tras lo que ha dicho de Catalunya, en una entrevista que publica hoy el portal 'Vanitatis', quizás tampoco tenía demasiadas ganas de viajar a la capital catalana.
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Por lo que se refiere al momento político que atraviesa Catalunya, la hija de Isabel Preysler comparte opinión con el novio de su madre, Mario Vargas Llosa, anti-indepe ferviente: "Estuve justo cuando las manifestaciones primeras y la verdad es que daba pena", opina. Tamara Falcó afirma que estuvo en Barcelona los días posteriores a la sentencia del procés. Y lamenta las protestas: "Tengo muchos amigos y es un tema muy complicado porque las familias están divididas. Es muy triste que nos estemos levantando unos contra otros. Todo lo que separa no es bueno. Barcelona es una ciudad preciosa y ver a la gente tan enfadada es una pena". La 'socialité' madrileña hace suyos los mantras del unionismo: la sociedad está rota, es mejor unir que separar... una retahíla de tópicos para esquivar el fondo del problema, la represión que denuncia el movimiento independentista.
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A Falcó y Vargas Llosa les unen más cosas que la madre de ella. Lo que piensan de Catalunya, también. Como el escritor peruano y premio Nobel de Literatura, Tamara es firme defensora de la unidad de España. Ambos opinan que cualquier época pasada fue mejor para los catalanes. Ella, porque cree que la situación era más tranquila antes de la sentencia. Y él, porque prefiere la Barcelona de los años en que la ciudad lo acogió, entre 1970 y 1974. Entonces, la capital catalana, como el resto del país, todavía vivía bajo la dictadura franquista. Libertad, poca.