La periodista y presentadora Susanna Griso es una de esas personas para las que parece que no pase el tiempo. Por su estado físico, nadie diría que la presentadora estrella de Antena 3 suma 56 años. Pero mantenerse así no simplemente es por casualidad o por genética. Y en algunas entrevistas ha compartido sus secretos de cuidado personal que han generado conversación e inspiración.
La figura de Susanna Griso despierta admiración. La periodista ha logrado algo difícil: proyectar una imagen de bienestar, equilibrio y naturalidad en una etapa en la que muchas personas buscan referentes reales. No se esconde. No finge. No se disfraza. Y quizá por eso su estilo de vida genera tanta conversación. Porque es posible, cercano y honesto.
Susanna Griso presume de físico espectacular a sus 56 años
A sus 56 años, la presentadora demuestra que verse bien no es cuestión de milagros. Es cuestión de comprender el cuerpo. De adaptarse al cambio. De escuchar lo que uno necesita. En los últimos meses ha hablado abiertamente de la menopausia, una etapa que durante décadas estuvo envuelta en silencio. Ella rompió ese silencio. Lo hizo sin dramatismos. Lo hizo con información. Contó que sigue un tratamiento hormonal supervisado para equilibrar la bajada de hormonas. Lo explicó con claridad. Sin miedo.
Su mensaje es sencillo y directo: cuidarse es un acto de responsabilidad. No de vergüenza. No de culpa. No de tabú. Y ahí reside parte de su influencia. En mostrar que la salud no debe esconderse.
La alimentación es clave
El tema de la alimentación es otro de los pilares de su filosofía. Susanna no vive pendiente de una báscula. No sigue dietas estrictas. No se impone reglas imposibles. Lleva más de diez años practicando lo que ella llama una “dieta con criterio”. Comer con moderación. Escuchar al cuerpo. Compensar cuando hace falta. Y, sobre todo, disfrutar. “Disfruto de la comida sin culpabilidad”, suele decir. Una frase que encaja con las tendencias actuales: flexibilidad, consciencia y una relación sana con lo que uno come.
Su rutina matinal también revela su enfoque. Apuesta por desayunos completos. Granola, frutos secos, alimentos ricos en fibra y energía. Nada complejo ni imposible. Un gesto simple que sostiene sus largas jornadas frente a las cámaras. Un gesto que cualquier persona puede imitar sin esfuerzo.
En lo estético, Griso también muestra su versión más auténtica. En ocasiones se maquilla ella misma antes de entrar en directo. Sin artificio ni rituales complicados. Solo un toque personal para sentirse cómoda. Su imagen transmite frescura. Cercanía. Una belleza que no pretende imponerse. Una belleza real.
Con cada confesión, la presentadora envía un mensaje claro: el bienestar no es una carrera de obstáculos. Tampoco un lujo. Es una suma de decisiones pequeñas. De hábitos posibles y cuidados supervisados. De flexibilidad y de aceptación.