Susanna Griso se ha abierto en canal. El año más difícil para la presentadora catalana a nivel profesional, ha sido agridulce en la parte personal. Este 2017 ha adoptado a una niña en Costa de Marfil y ha enterrado a su madre. La Cadena Ser hizo una cosa que nunca antes había hecho: entregar un Ondas a una presentadora por el mismo programa por el que ya la premió hace 7 años. O el jurado no lo recordaba o la querían apoyarse desde Barcelona en un momento en que se la cuestiona por los postulados anti-independentistas de Espejo público. Ha sido entrevistada por un torero, aprovechando el exilio sevillano de los premios de Radio Barcelona. Y a Paquirri le ha abierto el corazón.
El año, dice, "ha sido desgarrador", cosa que la hace sentir "muy frágil". A la familia Griso todo el procés les afecta. Su marido, Carles Torras, sostiene posiciones netamente independentistas y ella no. Griso, con 20 años viviendo en Madrid, reconoce que la discusión en su casa es "permanente". Lo ve enriquecedor y plural pero en la sociedad "en ciertos momentos se ha perdido el respeto y me duele". Le sabe mal "que la política esté por encima de las personas". Reconoce que en Antena 3 y en Espejo público ha puesto "más corazón que cabeza". Y se lamenta por el hecho de que "es diferente hablar de Donald Trump que de cosas que te afectan, que tienen que ver con tu infancia, con los que amas".
Antena 3
La paradoja es que cuando era una niña le daba miedo hablar en público. Tenía previsto dedicarse a la prensa escrita. Ha ido superando los miedos "haciendo lo que más temía". Este año, dice, "se ha sacado la armadura y eso me ha hecho más vulnerable". Sobre el hecho de que los Ondas se hayan "exiliado" dice que "le apetece que estén en Sevilla". Ni un reproche en la Cadena Ser que es quien la ha premiado dos veces por lo mismo: presentar Espejo público. La parte más íntima es cuando recuerda un incidente de hace años. Durante segundos creyó que su hija había muerto. Recuerda haber pensado durante ese lapso: "nunca más seré feliz".
GTRES
Ahora dice que se planta con la tercera hija, adoptada. Confiesa que lleva 8 años buscando esta adopción y 25 años dándole vueltas. Sus momentos más felices han sido sus dos partos. Griso tiene 6 hermanos y ella hubiera querido lo mismo para sus hijos. Echa de menos a su madre que la acompañó a recoger el anterior Ondas.
EFE
El programa parecía una balsa de aceite: empieza entrevistando a un independentista como Joan Tardà y acaba con esta entrevista a ella misma que la humaniza. Lástima que en medio hemos tenido la dosis habitual: el exfutbolista Julio Alberto exiliado de Catalunya por el procés, Inés Arrimadas en campaña, un economista analizando la fuga de empresas, el caso Oriol Pujol, Alberto Fernández Díaz condenando por asesinato al okupa de Ciutat morta antes de juzgarlo y un comerciante de Nou Barris afirmando: "Ha bajado la venta por el mal rollo en Cataluña". Como diría Piqué: un día cualquiera en la oficina.