La riqueza no suele caer del cielo, ni aparece como un golpe de fortuna al estilo de la lotería. Tampoco es un privilegio reservado a quienes nacieron en una familia con apellido rimbombante y herencias interminables. Según la psicóloga Sarah Stanley Fallaw, directora del Affluent Market Institute y autora del libro The Next Millionaire Next Door, el secreto está en cómo usamos nuestro bien más valioso: el tiempo.

Fallaw ha dedicado años a investigar a más de seiscientos millonarios estadounidenses y la conclusión es clara: no importa tanto cuánto ganas, sino cómo organizas tu vida diaria. Son las decisiones pequeñas y repetidas —esas que parecen inofensivas— las que acaban levantando un patrimonio. Y lo curioso es que, a diferencia de lo que muchos imaginan, los ricos piensan de forma muy distinta en lo cotidiano.

dinero monedas efectivo europa press
dinero monedas efectivo europa press

Mientras la mayoría se deja atrapar por las notificaciones, ellos limitan al mínimo el consumo de redes sociales. Para los millonarios, Instagram o TikTok no son una fuente de inspiración, sino un ladrón de tiempo en toda regla. La mayoría asegura no tener perfiles activos o, si los tienen, los usan lo justo. En lugar de pasar horas deslizando pantallas, dedican su energía a leer, hacer ejercicio o desarrollar proyectos personales. En resumen, invierten en sí mismos.

Adaptar rutinas y no distraerse 

No es casualidad que los nombres más potentes de la economía mundial repitan rutinas casi calcadas: horarios estrictos, lectura diaria de material especializado, disciplina férrea con el cuerpo y la salud. Son rituales que consolidan lo que Stanley Fallaw llama “capital personal”. Conocimiento, energía y constancia son el combustible que, tarde o temprano, termina transformándose en riqueza.

El otro gran pilar está en la gestión del dinero. Ganar mucho puede parecer suficiente, pero no lo es. Hay que saber administrar los recursos: controlar gastos, huir de deudas inútiles y reinvertir en aquello que haga crecer el futuro. La investigación de Fallaw muestra que, en contra de la idea popular, la mayoría de millonarios vive de forma mucho más austera de lo que muchos sospechan. Ni yates de oro ni caprichos diarios: el lujo desmedido rara vez figura en su lista de prioridades.

En definitiva, la fórmula no es ningún misterio: menos distracciones, más disciplina y una buena dosis de paciencia. Eso, y la capacidad de entender que lo que haces con tu tiempo hoy puede ser la diferencia entre acabar arruinado o entrar en la lista de los que viven sin mirar la cuenta del banco.

billetes dinero cajero efe
billetes dinero cajero efe