Russell Crowe ganó el premio Óscar al mejor actor por su increíble interpretación en Gladiator, y fuera de eso ha sido nominado en otras oportunidades. Es uno de los intérpretes más versátiles de Hollywood, aclamado por la crítica en grandes producciones como Una mente maravillosa, L.A Confidential y Los Miserables. Tiene un catálogo de filmografía compuesto por grandes títulos, sin duda, es uno de esos intérpretes que hace lo que sea para lograr un trabajo convincente. Para mayor referencia, la anécdota de cuando se lesionó gravemente en un rodaje y se dio cuenta una década después.
La película que le quedó grabada, literalmente, en el cuerpo fue Robin Hood (2010). Dirigida por Ridley Scott, protagonizada por Russell Crowe, Cate Blanchett, Oscar Isaac y Mark Strong. Fue precisamente durante la grabación de las escenas de este largometraje que Crowe sufrió un accidente grave, al que no prestó atención en absoluto. “Salté desde la puerta enrejada de un castillo a un terreno irregular y duro como una roca”, dijo en una entrevista con la revista People.
Lo que sucedió, según dio a entender, es que el terreno no se preparó con una plataforma u otro tipo de soporte para caer. Aunado a esto, había mucha presión para culminar esta toma porque la luz se volvía cada vez más tenue. Antes de saltar de un castillo en llamas, ya había considerado que lo que iba a hacer era una locura. Sin embargo, miró a su alrededor a los extras, las llamas y las flechas y decidió hacer su parte. Cuando aterrizó, sintió una descarga eléctrica y durante varias semanas le costó caminar. Lo insólito vino 10 años después.
Russell Crowe se enteró que se había roto las piernas en Robin Hood
Cualquier persona normal se habría alarmado, pero Russell no. “Nunca hablé de la lesión con producción, nunca me tomé un día libre por eso, simplemente seguí trabajando”, comentó. Pasados unos años, fue al médico porque sentía molestias extrañas en la zona inferior de las piernas. No pensó que fuera algo preocupante, creía que podía ser por el frío y la falta de ejercicio. El doctor le hizo una resonancia magnética y una radiografía, ahí fue cuando le preguntó: “¿Cuándo te rompiste las piernas?”.
Su sorpresa fue mayúscula, así que el doctor intentó refrescar su memoria, le dijo que tuvo que ocurrir hace “10 años”. “Según parece, el doctor podía ver restos de fracturas en ambas espinillas”, dijo Crowe. Entonces recordó la película de Robin Hood y la estrepitosa caída, que supuestamente atravesó esos últimos días de rodaje sin analgésicos, yesos o férulas. No se tomó ni un día libre, de modo que sus piernas se tuvieron que curar solas. Otro aspecto que recordó tras esta consulta médica fue que, tras rodar la cinta, se tomó un descanso y no trabajó hasta El hombre de acero en 2013. Russell Crowe sabía que algo iba mal, pero aun así no se dejó llevar por su incapacidad para caminar o moverse. ¿Un héroe dentro y fuera de la pantalla?