El esperado cara a cara entre Rocío Flores y Rocío Carrasco no ha traído reconciliación, sino frialdad absoluta y un silencio atronador. Este 23 de junio, ambas se vieron las caras en la Audiencia Provincial de Madrid en un juicio cargado de tensión, donde ni siquiera hubo un saludo ni una mirada entre madre e hija. Una escena que dejó helados a los presentes y evidenció que las heridas siguen abiertas.

El proceso judicial tiene como epicentro el documental ‘Rocío: contar la verdad para seguir viva’, emitido en 2021, en el que se habrían revelado datos confidenciales de Rocío Flores cuando aún era menor de edad. Ella, ahora con 28 años, ha demandado a la productora La Fábrica de la Tele –ahora rebautizada como La Osa Producciones– por un presunto delito de revelación de secretos agravado por la difusión masiva.

Rocío Flores MEDIASET
Rocío Flores MEDIASET

Testigo contra su propia hija: el papel de Rocío Carrasco en el juicio

Lejos de mantenerse al margen, Rocío Carrasco ha comparecido como testigo a favor de la productora, alegando que dio su consentimiento como madre y tutora legal en aquel momento para que se hicieran públicos los documentos. Un movimiento que muchos consideran una puñalada legal contra su propia hija.

El testimonio de Carrasco podría inclinar la balanza. El tribunal deberá determinar no solo si existió el consentimiento, sino también si era válido jurídicamente para autorizar la divulgación de información protegida, que incluye sentencias, informes psicológicos y atestados policiales relacionados con la entonces menor Rocío Flores. En juego está una indemnización de un millón de euros, reclamada por la joven por los daños ocasionados por la emisión de esos contenidos.

Rocio Carrasco   Instagram
Rocio Carrasco Instagram

El expediente oculto que ha salido a la luz

Según la acusación, durante la emisión del documental se presentaron documentos procedentes del Juzgado de Menores, que según la Ley Orgánica de Responsabilidad del Menor, tienen carácter estrictamente confidencial. Entre ellos, se revelaron extractos de sentencias, informes de seguimiento y hasta datos familiares íntimos. Todo ello presentado mediante técnicas audiovisuales que reforzaban el impacto emocional: pantallazos, fragmentos subrayados y lectura en voz alta.

El abogado de Rocío Flores, Virgilio Iván Hernández Urraburu, sostiene que se ha vulnerado de forma grave el derecho a la intimidad de su clienta, ya que se habrían utilizado archivos que nunca debieron hacerse públicos, especialmente durante su minoría de edad. La Fiscalía ha dado crédito a esta postura y se ha mostrado partidaria de investigar si hubo o no un ánimo de lucro ilícito, dada la gran rentabilidad publicitaria que obtuvo la productora.

Este juicio no es un hecho aislado, sino una nueva batalla legal entre los Flores y Carrasco, una familia fragmentada donde los reproches públicos se han convertido en estrategia judicial. Cabe recordar que Antonio David Flores también mantiene una demanda millonaria contra Mediaset y La Fábrica de la Tele por despido improcedente y exposición mediática de su vida privada, reclamando 1,6 millones de euros. Ahora bien, la esperada comparecencia de más testigos clave y responsables de la productora se prevé en los próximos días, mientras el tribunal debe decidir si el afán de Rocío Carrasco de contar “la verdad” vulneró los derechos fundamentales de su propia hija.