Pegasus es una criatura mitológica que ha irrumpido con fuerza en el conflicto entre Catalunya y España. Olviden caballos con alas ni nada parecido: hablamos de un sistema de espionaje de teléfonos móviles creado exclusivamente para Estados soberanos que quieren controlar a aquellos que considera rivales, enemigos o, sencillamente, disidentes. Esta es la herramienta que el CNI y el Estado español utilizó para intentar combatir al independentismo catalán. Descartado el diálogo y la democracia, parece que sólo podían recurrir a la violación de la intimidad de decenas de personas. 'A por ellos'. Un escándalo mayúsculo que engrosa la lista de infamias de la guerra sucia contra las aspiraciones legítimas de un pueblo: porrazos, encarcelamientos, represión, mentiras y ahora también espionaje masivo. España retratada tal y cómo es: oscura e incapaz de vías más civilizadas. Pilar Rahola está indignada, como le pasa a miles y miles de catalanes, y que tendría que preocupar también a la mayoría de españoles. El 'Paraula de Rahola' de este miércoles 20 de abril es un repaso descomunal a España por utilizar estas prácticas. Son propias de lo que define como "la quiebra del sistema democrático español, que es de tal nivel que falla por todos los cimientos. La de los partidos políticos, decididos a aceptar y permitir el abuso y la destrucción de derechos civiles para poder controlar unas ideas o frenar el anhelo de un pueblo. La de las instituciones, empezando por la monarquía, tan podrida como el propio sistema. La de los medios de comunicación, que han sido elementos fundamentales de la minimización de la represión, incluso del aplauso. Y sin ningún tipo de duda es una quiebra de los intelectuales españoles, ¿dónde estáis? ¡Habéis vivido el día a día de un proceso de destrucción de derechos contra unas ideas, contra una gente, contra un pueblo, y habéis callado! ¡No estáis! Estáis absolutamente dormidos, anestesiados, o peor todavía, sois cómplices".

Oriol Junqueras i Carles Puigdemont  Bruselas espionaje masivo Pegasus Foto Marc Puig
Oriol Junqueras y Carles Puigdemont / Foto Marc Puig

Rahola considera el CatalanGate como "el escándalo de espionaje más importante del mundo! No hay ningún otro país que haya hecho un espionaje tan masivo". Un récord mundial que, eso sí, tiene sabor 'typical spanish': es decir, hipócrita. Tenemos "un Centro Nacional de Inteligencia que dice "ay, no, nosotros no!". Pero si lo habéis dicho vosotros mismos: "Sólo compramos el Pegasus para espiar en el extranjero".¿Y claro, Catalunya que debe ser, ¿no? Paranosotros la compraron. Y lo hicieron". Pilar es meridiana y contundente: "Han espiado a nuestros representantes, a nuestra gente. Han violado la intimidad porque querían perseguir las ideas. Eso no es una democracia, ni siquiera una república bananera, o una monarquía bananera. Eso es un estado fallido. España no puede haber caído más en la miseria. Es un país que demuestra una mentalidad tan reaccionaria, cavernícola y que no ha superado el franquismo que es el hazmerreír o la vergüenza de muchos. Estamos viviendo el escándalo más grande desde el GAL." El estallido de este caso, a través de un reportaje en el New Yorker "es una vergüenza histórica". Pero en España hacen como quien oye llover. "Los medios de comunicación lo ignoran, excepto algún caso. O incluso dicen "¡es normal, estos se querían ir!" Si nos tenemos que cargar un poco de democracia la recuperaremos, pero uy, si se va Catalunya...". En cuanto a los partidos políticos, pasa lo mismo: "Excepto Podemos que levantará un poco el dedo "uy, uy, que esto es muy feo...". Pero "nadie hará nada. No caerá ningún gobierno, no habrá un escándalo de primer nivel. Están más entretenidos con Piqué y estas cosas, que no en el escándalo de utilizar un software para espiar a ciudadanos, y financiarlo y pagarlo por parte de una institución del Estado". Ahora bien, Rahola mira hacia Catalunya y plantea esta cuestión importantísima: "¿Qué hacemos? Porque es evidente que la respuesta no puede ser "eh, eh, pondremos una denuncia". Que en un momento tan grave sea más importante la diferencia de partidos, las estrategias, es al fin y al cabo una puñetera vergüenza". Su enfado con Esquerra es grande, después de escuchar declaraciones como "estamos muy enfadados con Sánchez" o "quizás peligra la mesa de diálogo". "¡Pero si la mesa no la tenéis! ¿Pero de qué vais? ¡Parecéis una alfombra!" Insiste: "¿No existe la capacidad del independentismo de tener por un momento nuevamente una cierta dignidad y mostrar unidad ante un hecho tan grave?". La única vía es la que apunta a continuación: "Reacción. Demostrar a España que todavía somos un pueblo digno, que lo somos. Los que quizás no son tan dignos son algunos de nuestros representantes". Mensaje a la clase política: "Si no pasa nada y todo sigue igual, entonces quizás los indignos son ustedes. Los que dicen representarnos".