Pilar Rahola ya no escribe su columna en 'La Vanguardia'. Después de 14 años en la cabecera de Javier Godó, la han echado por no plegarse a la línea editorial del diario. Así de sencillo, así de claro. La periodista habla abiertamente en su 'Paraula de Rahola', después de la noticia explicada por EN Blau a última hora del domingo. Allí daba pistas para entender esta decisión, pero este lunes pone todas las claves sobre la mesa. Un vídeo imprescindible que empieza recordando cómo llegó una "republicana e independentista" convencida a escribir en las páginas del diario monárquico y españolista más importante de Catalunya. Fue en 2007 de la mano de Pepe Antich, exdirector de 'LV' y al frente desde hace años de El Nacional.cat: "Me vino a buscar con la voluntad de encajar. En Catalunya se estaba creando una gran centralidad soberanista, que desembocaría en el independentismo. Y 'La Vanguardia' de Antich no quería alejarse de lo que estaba pasando en el país". Era una época decisiva: vivió "la aventura del diario en catalán, una gran jugada para el idioma", y se entregó. Después, eso sí, todo se fue torciendo. A medida que el reto independentista cuajaba, todo eran dificultades. Y con la salida de Antich del diario, más si cabe. Un buen ejemplo: "la mayoría de los fichajes con talante independentista ya no están: Xavier Antich, Albert Sánchez Piñol, Xavier Sala-i-Martin, Jordi Graupera, Salvador Cardús". Ahora le ha tocado a ella, aunque era plenamente consciente de que esto pasaría. Explica que ha vivido tres crisis importantes a lo largo de estos 14 años: la última, la definitiva, hace unos meses. "Eso ya fue una despido", en el que influyeron los poderes fácticos del estado. "Molestaban mis críticas a la monarquía, al establishment, a la represión masiva, a España como concepto y como marca. Y molestaba mi defensa de la independencia, una defensa desinhibida". A pesar de todo, se quedó: "aunque me pidieron que cambiara de opinión, no lo hice. Otros lo habrán hecho, yo me negué en redondo a hacerlo". Finalmente, sin embargo, tenemos que hablar de este desenlace: una despido "sin ninguna explicación ni motivación económica. Ni siquiera el director ha tenido la valentía de llamarme". La razón, clara como el agua: "Ellos y yo sabemos que desde hace años hay censura ideológica". Y Rahola no está en venta: "soy lo que soy, una republicana independentista convencida, dispuesta a hablar de muchos otros temas, pero que cuando hablo de los que me afectan y de mis ideales, soy indiscutible. No me he bajado ni me he echado a perder". Pilar, serena y orgullosa de su trabajo y su talante, sentencia a 'La Vanguardia': "ya no es el diario que me fichó con Pepe Antich. Ha virado y se ha alejado de la centralidad que buscaban con personas como yo. Censura ideológica, sí. Estoy fuera por eso en pleno siglo XXI. En eso a lo que llaman una democracia"