En la profesión periodística existe una lacra que de vez en cuando flota en la superficie: la censura. Los tiempos han cambiado mucho sí, y no vivimos en un estado totalitario como el del dictador Franco ahora hace más de 4 décadas, pero este tipo de prácticas siguen persistiendo. Ahora se llama "línea editorial" o "no herir la sensibilidad de los lectores", pero acaban siendo las mismas herramientas para alcanzar una meta: que alguien no pueda expresar sus pensamientos tal y como había estado haciendo hasta aquel momento. La escritora y periodista Pilar Rahola lo conoce con creces: una situación de censura ideológica es la que la echó del diario La Vanguardia: demasiado independentista para la cabecera del monárquico Javier Godó. Esto hace Rahola identifique a la primera lo que ha pasado con un artículo que arde en la red: el que había escrito el periodista Xavier Roig sobre el catalán y que tenía que ser publicado en el Ara.

Un texto que se titula "El catalán no tiene adversarios" y que, efectivamente, no encontrarán en las páginas del medio porque, sencillamente, han decidido que no fuera así. Según Pilar, un "escándalo". Todo porque Roig hace un ejercicio incómodo: reflejar la realidad tal cual. Y no cualquiera, sino la angustiante y penosa situación que está viviendo la lengua catalana, sistemáticamente agredida y herida. Para Rahola el planteamiento es cristalino: "Roig se sitúa en una posición que asegura es clara y desagradable. Porque cuando se habla de la situación del catalán siempre está "el tradicional miedo a no caer simpáticos y no decimos las verdades". ¿Es eso un motivo para no publicarlo? Es evidente que no, a no ser que practicamos la censura emocional". Este es el artículo, que se puede encontrar en Internet.

Artícula Xavier Roig catalán censurado Ahora Web

El artículo sobre el catalán de Xavier Roig que no ha sido publicado por el diario Ara / www.parlemclar.cat

Pilar explica al nuevo vídeo de 'Palabra de Rahola' cuáles son los "pecados" del texto. Decir cosas "antipáticas y seguramente políticamente incorrectas", como "el bilingüismo es una trampa". Le da la razón: "Lo es para la lengua minorizada, porque en la práctica aquel que no quiere aprender el catalán no tiene ninguna necesidad de hacerlo". Y se pregunta, una vez más, si decir eso te convierte en un enemigo. Lo niega: "No publicarlo sí que es censura ideológica". Pasa lo mismo cuando el autor dice que ""el catalán no tiene adversarios, tiene enemigos". Ni Cs, ni PP ni VOX son anticatalanistas. Son simplemente anticatalanes". Y Pilar lo argumenta según su opinión: "Quien quiere destruir el catalán e imponer leyes que lo dominen es evidente que va en contra de la cultura catalana". Una vez más, la cuestión de fondo: "Decir eso es muy rotundo, ¿pero es mentira? Son españolizadores de Catalunya". Y sentencia: "Censura de manual".

Manifestación miedo la escuela en catalán La Bressola ACN

Manifestación en defensa del catalán / ACN

El texto continúa con otras apreciaciones sobre si escribir y publicarlo fragmenta a la sociedad catalana. Una pregunta de fácil respuesta para la escritora: no. Hay otros motivos, y mucho más importantes: "Lo está por la represión, no por diferencias entre ciudadanos. Son partidos políticos e instituciones los que fracturan". También hace una reflexión sobre la inmigración y su falta generalizada de integración idiomática. Un tema espinoso, sí, pero en el que considera que "Roig es absolutamente respetuoso cuando habla de ellos. Dice una cosa que es cierta: El volumen enorme de inmigración que ha recibido Catalunya en los últimos años cuesta de integrar. Y más sin herramientas legales". Es de una lógica abrumadora. Si no tienes Estado no tienes manera de defender tu lengua, y queda tocada. Pero nadie los culpa a ellos. No tenemos las leyes para regularlo". Tampoco ha gustado que Xavier diga que hay "demasiado vendidos y renegados en Catalunya en las filas políticas", cosa que escuece en determinados sectores. Ahora bien, la única discrepancia que tiene con Roig es cuando deja entrever que se está practicando el "fascismo lingüístico". Rahola es firme: "No tenemos que banalizar las ideas totalitarias". Ahora bien, cree que es un artículo que se puede publicar en cualquier diario democrático y que abre un debate muy intenso y muy interesante.

Remata Pilar con una resumen muy esclarecedor: "¿Hay que estar de acuerdo en todo lo que escribe Roig? No. ¿Dice verdad importantes? Como puños. Hay que ser claro y desagradable".