El reputado chef y juez de MasterChef, Pepe Rodríguez, ha puesto sobre la mesa una reflexión que va más allá de la cocina, la importancia de educar a los niños en hábitos nutricionales sanos desde su más tierna infancia. En una reciente entrevista con Men’s Health España, Rodríguez lamentó que la atención temprana de la salud infantil se centre en el médico general o pediatra, pero se omita sistemáticamente la figura del nutricionista. A sus 56 años, el cocinero de El Bohío reivindica que este complemento debería ser esencial, tanto en la esfera familiar como institucional.

De hábitos descuidados a consciencia alimenticia

Pepe Rodríguez reconoce que su relación con la comida no siempre fue la más equilibrada. “Antes no comía tan bien y me di cuenta de que no era el camino”, confesó en la entrevista. Entre sus costumbres menos saludables, destaca comer platos pesados a altas horas de la noche, como callos a las doce, algo que con el paso de los años cambió. Su cuerpo —y su digestión— le dieron señales de alerta, un problema intestinal lo impulsó a replantearse su dieta.

La transformación incluyó varios cambios concretos: reducir las raciones, optar por comidas más ligeras, incorporar fruta —algo que le ha aportado bienestar físico y mental—, y aprender a saborear la saciedad, ese punto en el que uno está satisfecho sin sentirse pesado. “Ahora como mucho más ligero, menos cantidad me doy cuenta de que me sacio, que estoy a gusto, que estoy feliz”, declara Rodríguez. En cuanto al ejercicio físico, admite no ser fanático del gimnasio: “Lo odio”, afirma con sinceridad. Pero lejos de rendirse, combina otras formas de actividad más placenteras: caminar casi todos los días, usar la bicicleta cuando puede, moverse en el día a día. Según él, mantener un cuerpo activo no tiene por qué significar entrenar en sala, sino simplemente no volverse sedentario.

La salud infantil y el papel clave del nutricionista

La idea que más llama la atención de sus declaraciones es la que toca al corazón del problema, la prevención nutricional en la infancia. “Es una pena que nos lleven al pediatra, nos lleven al otorrino y no nos lleven al nutricionista”, lamenta Rodríguez, señalando que debería ser obligatorio incorporar asesores nutricionales desde edades tempranas. Según el chef, vivimos en una sociedad con problemas crecientes de sobrealimentación y sobrepeso desde la infancia, y que la solución empieza por educación. Enseñar a los niños no solo a comer lo que les gusta o a ceñirse a lo que hay, sino a entender qué alimentos benefician su salud, a manejar cantidades, frecuencia, calidad nutricional. En definitiva, formar una conciencia alimentaria saludable.

Rodríguez sugiere que muchas de las consultas pediátricas se centran en detectar enfermedades, vacunar, revisar crecimiento, pero no en formar hábitos alimenticios que eviten futuros problemas metabólicos. Introducir al nutricionista en el seguimiento infantil podría reducir el riesgo de obesidad, enfermedades cardiovasculares y otros males relacionados con dietas inadecuadas.