"No utilizaría un pinganillo porque entre españoles no utilizamos pinganillos, que eso es como dar a entender que somos extranjeros entre nosotros o que el castellano es una lengua extranjera en castellano. El castellano es, no solo una lengua común, sinó que en este caso, además, es la lengua mayoritaria de Catalunya". Marquesa dixit.
Cayetana Álvarez de Toledo protagonizó el momento esperpéntico del fin de semana, cuando entrevistada por Cristina Puig en el FAQS hizo el paripé con el pinganillo que le proporcionaban para ir traduciéndole las preguntas en catalán de la presentadora.
Curiosas palabras de una persona que siempre ha dicho pestes sobre Catalunya y la lengua catalana y que se ha puesto la primera cuando desde las Españas se ha repetido el mantra falso de que en Catalunya el castellano está en peligro, que a los niños que hablan castellano en el patio se los espía y castiga y sandeces por el estilo.
La cancioncilla, que no por repetida pasa a ser verdad, de que en las escuelas catalanas se adoctrina a los niños para crear nuevos adeptos a la causa independentista, es un recurso habituals de muchos como Cayetana que quieren justificar su victimismo basado en paranoias. Y ahora, quien les acaba de dedicar un sopapo con la mano abierta ha sido Òscar Dalmau.
Deliciosa la publicación que ha hecho en redes sociales, un cuento para niños pequeños cargado de finezza y sarcasmo, un auca dedicado a los que ven conjuras adoctrinadoras que ha recibido una avalancha de reacciones aplaudiendo el hallazgo. Dalmau escribe: "Manual de adoctrinamiento de la escuela catalana'. Próximamente en todas las aulas del país. Pirateando dibujos originales de la colección 'a poc a poc' de la editorial la galera, años 70. Ilustrador original: Pere Prats Sobrepere".
¿Y qué se ve? Unas ilustraciones deliciosas con unos textos demoledores. Primero, dos estudiantes en clase, y encima de sus cabezas: "Manual de adoctrinamiento de la escuela catalana", y escrito con caligrafía de niño: "España nos roba":
Después, un niño cruzando un paso de cebra, y al fondo, una "Barbería" y una "Mercería":
Pasamos página y vemos un dictado o una redacción. ¿Qué dice?: "Yo me llamo Jordi. Yo tengo 6 años. Yo voy a una escuela pública catalana. Yo soy un niño adoctrinado".
La siguiente página es maravillosa. El niño protagonista explica qué hace con su hermana: "Con mi hermana Ona nos divertimos mucho. Los lunes nos gusta ir a robar a la única tienda de Catalunya que tiene el letrero en castellano":
Para acabar con el viaje en autobús de Jordi, explicando que "En Catalunya viven personas que no tienen la sangre pura. Los nombramos charnegos. Los metemos en autobuses y los confinamos en un gran campo de concentración: el área metropolitana de Barcelona".
Inmediatamente, ovación unánime en redes, con muchos seguidores de Dalmau que han aplaudido la ironía. David Verdaguer, Santi Millán, la ilustradora Pilarín Bayés o Núria Cunillera, la mujer de Xavi, aplaudiendo con las orejas:
Seguro que algún Eduardo Inda o Hermann Terstch de turno sulfuran con la customización de Dalmau de los dibujos. Ya nos imaginamos los titulares: "En las escuelas catalanas se adoctrina a los niños con cuentos. ¡Tenemos la prueba!".