No hay nada mejor para acabar la pretemporada que el Gamper. El partido se convierte en toda una prueba de fuego para valorar el nivel del equipo antes de empezar la temporada. Ayer, sin embargo, el examen se convirtió en una fiesta porque los culés vieron, por fin en Barcelona, como sus jugadores conseguían uno de sus resultados más míticos, la manita. El Como de Cesc Fàbregas no fue rival para un Barça atrevido, descarado, mágico, que hizo bailar a los rivales como si estuvieran en una discoteca. Eso sí, más allá del fútbol, el trofeo se convierte en un día importante porque se lleva a cabo, antes de empezar, la presentación del equipo. Durante esta, el público coge protagonismo porque ejerce como un jurado popular sobre cada jugador que sale. Sin duda, uno de los nombres de la noche tenía que ser Ter Stegen, por su situación límite.
Después de perderse prácticamente toda la temporada pasada por una lesión, el culé vio como al club llegaba el mejor portero de la liga procedente del Espanyol, Joan Garcia, el cual se convirtió en su principal competencia. En un final de temporada movidísimo, por su intención de querer jugar en el tramo decisivo y por la presentación de su nuevo amor, Ona Sellarès, el protagonista volvía a las instalaciones deportivas con el futuro por los aires. El murmullo de la afición se veía dividido entre los que lo querían dentro y los que lo querían fuera, pero una lesión en la espalda lo volvía a alejar del césped. Una vez operado, el portero anunció el tiempo que preveía estar fuera, mientras que el club, con la intención de liberar masa salarial, quería que firmara el informe médico. Después de unos momentos de tensión inéditos, parece que club y jugador hicieron las paces a su manera y, ayer, con la capitanía de nuevo en el bolsillo, pronunció un discurso claro y conciso.
El protagonista habló de todo y el público, llevado por la euforia de ver a los jugadores de cerca, le dio su apoyo. Eso sí, a la fan número 1, la pillaron las cámaras antes de empezar el partido, porque después de una serie de imágenes de seguidores apareció ella, Ona Sellarès, la protagonista de haber visto el lado más catalán de Ter Stegen. Escribiendo en su teléfono, con un vestido blanco, unas gafas de sol en la cabeza y las uñas de color amarillo, la protagonista está concentradísima y, quién sabe, quizás hablaba con el capitán sobre su discurso. De hecho, no os lo perdáis, porque fue ella misma quien publicó un pequeño fragmento sobre el mensaje a la afición. Mientras el futbolista acababa: "Visca el Barça y visca Catalunya...", la catalana publicaba su sincera reacción en forma de dos emoticonos: un aplauso y un corazón rojo.
Ni más, ni menos, la WAG asistió en uno de los días más importantes del portero como blaugrana y, orgullosa, compartió posteriormente una fotografía desde la grada. Quién sabe los días, meses o años que la veremos vestida de blaugrana, pero una cosa tenemos clara, siempre será al lado de Ter Stegen. El portero ha firmado la paz con el Barça y Ona Sellarès lo celebra con una sonrisa de oreja a oreja.