El pasado octubre la maravillosa Ona Carbonell anunciaba que se retiraba de la competición que la vio ganar numerosas medallas en sincro para dedicarse plenamente a su embarazo. Renunció a unos Juegos Olímpicos de Tokio que finalmente no se han disputado por la pandemia para descansar y prepararse para cuando nazca su primer hijo. La catalana, al lado de su pareja, el exgimnasta Pablo Ibáñez, no ven la hora de verle la cara y de abrazar al bebé.

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Ona Carbonell (@ona_carbonell)

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Pablo Ibáñez y Ona Carbonell (GTRES)

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Ona Carbonell y las compañeras del equipo de sincro (@ona_carbonell)

Mientras eso no llegue, Carbonell ha hecho lo que más le gusta, zambullirse dentro del agua, su hábitat natural. Una foto preciosa de ella en bikini en la playa, "la mar de contenta", con el hashtag #mermaid (sirena) que ilumina todavía más su característica y habitual sonrisa de oreja a oreja.

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Ona Carbonell (@ona_carbonell)

Carbonell ha aprovechado el paseo por la playa para concienciar a los incívicos. Bolsa de basura en mano, bolsita en la otra y mascarilla en la cara, la nadadora ha puesto el acento en los numerosos desperdicios que dejan muchas personas en la arena. Toneladas de basura que no hacen si no cargarse el planeta. Y si ella puede ayudar, no lo duda ni un segundo:

Hace poco ya demostró que a pesar de tener una gran barriga, es capaz de hacer lo que desde hace años deja a todo el mundo boquiabierto. Un ejercicio a dos donde ella y su hijo dejaron claro que es una de las más grandes que ha habido nunca bajo el agua: "Ya puedo decir que hemos hecho nuestro primer dúo. Aunque una Synchro muy calmada #BabyIsComing #ModoSoft".

Viendo estas imágenes sólo podemos decir: a sus pies. Y eso que es una sirena. Con los JJ.OO pospuestos hasta el próximo año, quienes sabe si Carbonell se presentará. Lo haga o no, ya tendrá colgada una medalla, la de madre orgullosa.