Hubo un tiempo en televisión en el que Carlos Lozano lo petó de mala manera. El suyo era un nombre que buscaban muchas cadenas porque contar con él como presentador era sinónimo de éxito. Fruto del azar, él se convirtió en el presentador de aquella primera edición del programa que consiguió un éxito sideral en TVE a principios de los 2000, Operación Triunfo. Después de su paso por Telecinco o Telemadrid, o la propia televisión pública española, presentando programas como La ruleta de la fortuna, Con T de tarde, El precio justo, Noche de fiesta o ¡Vaya peña!, le llegó su gran oportunidad, con la que se convirtió en un personaje muy famoso, presentando el talent musical donde vimos por primera vez a Rosa López, David Bisbal, David Bustamante o Chenoa, con audiencias millonarias.
Después de aquel éxito y de las ediciones posteriores, y de presentar algún programa que otro (como Granjero busca esposa), fue a parar al otro lado, pasando de ser presentador a colaborador y concursante, por ejemplo, en Gran Hermano VIP o en Supervivientes. Otra cosa es su vertiente personal, donde se las tuvieron de mala manera, y públicamente, en diferentes programas, con Mónica Hoyos, a la que conoció cuando trabajaba ella como azafata en El precio justo en el año 1999, y posteriormente, más de lo mismo con Míriam Saavedra.
Ahora, a sus 63 años, Lozano ya no quiere saber nada de la televisión y de un medio que le ha dado tantas alegrías. Adiós a las cámaras y como avanza en Lecturas, "ha decidido dar la espalda en busca de una vida relajada", una vida alejada de los focos y los platós, un cambio de vida radical. Explican que ha dejado Madrid, adiós a la gran ciudad, y ha decidido establecerse en un entorno rural y emprender una vida tranquila, alejada del caos de la ciudad, y rodeado de naturaleza y de animales. Un cambio de vida radical que ha sorprendido a sus seguidores: "Me fui, me limpié mucho y tengo una vida nueva". ¿Y qué hace ahora? Vive rodeado de naturaleza y solo le preocupan las pequeñas cosas: "Tengo mi casita en un pueblo, mis animales, mi granjilla y mis perros y vivo en la naturaleza absoluta y me cuido mucho y por el trabajo volveré porque al final llevo toda la vida en esto", dice un Lozano que no descarta volver algún día a la televisión, pero que de momento, está muy tranquilo y no tiene ninguna prisa ni necesidad de hacerlo.
¿Qué rutina sigue ahora? Se levanta a las seis y media de la mañana para dar de comer al rebaño, acción que repite después por la tarde. Vuelve a casa a las ocho y media y "guarda las últimas fuerzas del día para ver las noticias de todas las cadenas y enterarse bien de lo que ocurre en el mundo" antes de acostarse a las diez de la noche. "Vivo en la sierra, con mi ovejitas, con mis gallinitas, que son mis animales de compañía. Me he hecho una casita en el campo y muy bien, estoy muy contento. Me he convertido en ganadero porque me gustan mucho los animales". ¿Volverá algún día Carlos Lozano a la tele?... Seguro que está harto de ver animales mucho más peligrosos en los platós, más que sus dóciles ovejitas.