De ediciones de Gran Hermano en Telecinco hay para dar y tomar. Desde que hace un montón de años los Ismael, Ania, Jorge Berrocal y compañía entraron en aquel experimento televisivo, como siempre se llenaba la boca Mercedes Milán diciéndolo, son muchos los ratoncitos (cómo diría Ferran Monegal) que han vivido en la casa de Guadalix de la Sierra rodeados de cámaras. Ahora, un programa como este no tiene el éxito de entonces, además, cada reallity que hacen en la cadena lo llenan de personajes de otros programas. Ahora, todo son tronistas de Mujeres y hombres y viceversa, La isla de los famosos y cosas por el estilo. Chicos y chicas de un mismo perfil que el único interés que tienen (si es que lo tienen) es ver quién se encamará con quién. Pero durante muchos años, un programa como Gran Hermano era un lugar donde iban a parar concursantes anónimos que la audiencia seguía con interés.
El 19 de enero del 2012 se estrenó la edición número 13, o Gran Hermano 12 + 1, como le llamaron ellos, por aquello de la superstición. Fue una edición que ganó un bailarín, Pepe Flores, y donde también hubo concursantes como María 'la jerezana', que se lió con un repartidor de súper de Lleida, Hugo, Dani Santos o Alessandro Livi. Pero sin duda, la participante más polémica, la que dio más juego, muy desenvuelta y risueña, la que todo el mundo recuerda de aquella edición, es una chica canaria que entonces tenía 25 años y trabajaba en una tienda, y que tenía una característica melena negra con pelo rizado. Una joven que se ganó muchas enemistades entre el público cuando la enviaron de intercambio a Big Brother Brasil y se lió con un joven de allí, Fael, cuando en teoría, aquí había algo con Alessandro. Hablamos de Noemí Merino.
La misma presentadora, Milá, se posicionó en contra de Merino, e incluso, la madre de la concursante, en las semifinales, harta de los ataques a su hija, entró en plató, cogió a su hija del brazo y se la llevó, "aquí se acaba el espectáculo". Pero la sorpresa, positiva para ella, fue que cuando Pepe ganó, tenía que escoger un concursante, un 12+1, que se llevaría 20.000 euros del premio, y esta fue ella, aunque no fue a la final: "Noe no está esta noche ni con nosotros ni con vosotros. El programa no la ha invitado pero eso no quiere decir que no opte al premio porque sigue siendo la ganadora junto a Pepe", dijo la Milá.
#20AÑOSDEGH | GRAN HERMANO 12+1
— telemagazine (@telemgzn) April 21, 2020
👁️La madre de Noemí Merino se la lleva del plató tras su enfrentamiento con Mercedes Milá @ghoficial
Noemí tuvo un romance con Alessandro Livi (@ales_livi_gh) en Guadalix y con Fael (@CordeiroFael) en @bbb #BBB20 pic.twitter.com/b46KRUr1Ad
Ahora, trece años después de saltar a la fama, recuerda su paso por el programa en una entrevista exclusiva de Lecturas: "Me he quedado con lo bonito porque fue la primera vez que salí de mi isla. Conocí a gente nueva y dentro de la casa fue una fantasía. No tenía preocupaciones e hice mi vida como si estuviera de campamento. Fue cuando salí que me encontré la sorpresa. Cuando mi madre me sacó del plató fue cuando me di cuenta de la gravedad. No hice nada malo. Hoy en día se ve normal, pero hace 13 años no gustaba que una chica se liara con un chico y luego con otro. Para mí no estaba mal, pero la gente en ese momento lo vio así. Lo peor fue ver que mi familia lo pasó muy mal. No entendí por qué Mercedes me decía ciertas cosas con lo liberal que se suponía que era".
Mira atrás sin rencor, pero a pesar de que "(Mercedes Milá) Me pidió perdón en una gala y nunca le he tenido rencor", no se puede decir precisamente que la admire, "porque conmigo no tuvo los valores que tanto decía".
Noemí asegura que ahora está muy alejada del mundo de la tele, que solo sigue Supervivientes, pero no se espera que Telecinco la llame para ir: "Si me llamaran claro que diría que sí, pero creo que estoy vetada por Telecinco. Es mi presentimiento". Es madre de una niña de seis años y se gana la vida trabajando como teleoperadora, aunque cuando la reconocen, niega la mayor: "Me encanta hablar mucho. Empatizo con la gente y me paso todo el día por teléfono. Agota mentalmente porque a muchos no les gusta que les vendan nada. A veces me reconocen por la voz, pero les digo que no soy yo. Nunca me presento con mi apellido, solo con el nombre".