Ser modelo no es una profesión sencilla. Siempre están sometidas a cierta presión social. Desde bien pequeños se someten a dietas estrictas e intentan alcanzar unos cánones de belleza. No es la primera vez que nos encontramos con una modelo con graves problemas. Uno de los más comunes es la anorexia, enfermedad basada en un trastorno alimentario que provoca que las personas pierdan más peso del que es considerado como saludable.
Aunque parezca un tema tabú son muchas las personas que pasan por esta enfermedad. La última en hacerlo público fue María Pedraza. En su entrevista para ‘El Hormiguero’ confesó que durante un tiempo estuvo realmente obsesionada con las comidas que hacía. “La danza requiere ciertas aptitudes estéticas, físicas y al final… Yo he tocado este tema, pero salí sola. No llegué a los extremos del personaje, pero intenté llevar este tema con distancia. Contaba las calorías del plato y ahora siento que vivo guay. Ahora ya como que paso, postres y todo. Paso de contar calorías”, desvelaba, muy orgullosa de lo que había conseguido por sí misma.
Nieves Álvarez rompió con el tabú
Y no es la única, una de las primeras personas en hablar públicamente de la anorexia fue la conocida modelo Nieves Álvarez, un rostro muy popular en las pasarelas a la altura de Judit Mascó. Fue en 2011 cuando se atrevió a publicar un libro titulado ‘Yo vencí a la anorexia’. En él, la modelo protagonizaba una serie de escalofriantes relatos sobre cómo le había afectado esta enfermedad: “Ese miedo a la gordura me atenazaba a pesar de que siempre he sido muy alta. Cuando empecé a adelgazar, cada kilo que perdía era como una victoria. Me sentía mejor y mejor y mejor hasta que me obsesioné brutalmente. Si alguna vez mi peso aumentaba, aunque fuera en 100 gramos, lo vivía como algo dramático, me entristecía y me sentía vacía e inútil”, escribía, dando visibilidad a un problema que sigue estando presente en la sociedad.
Nieves Álvarez / RTVE
Nieves Álvarez quiso romper con el tabú de que la anorexia es algo de las modelos. "Incluso a veces digo que la moda me salvó. Es una enfermedad que no afecta a gente sencillamente porque quieran ser modelos. A la mayoría no les interesa la moda".
La madrileña compartió: "Viene de problemas de inseguridad, de falta de confianza, de no saber cómo ubicarse en este mundo y lo transmiten así. Suelen ser personas que son muy exigentes consigo mismas y yo lo era. Pero a mí, afortunadamente, esta profesión me ha salvado, aunque suene un poco contradictorio".
Después explicó que su trabajo le había ayudado a convertirse en una persona muy fuerte: "He aprendido a convivir con el 'no'... Soy perseverante, soy cabezota y me he esforzado mucho. Sé que fruto de esa cabezonería y de esa pasión he llegado a estar donde estoy. No es fácil ser juzgada constantemente por tu escaparate".
Marisa Jara también realizó una dura confesión en el ‘Deluxe’. Realmente tuvo un problema con el peso. “He llegado a perder muchos contratos de trabajo por haber cogido unos kilitos. (…) La primera vez que vomité no lo vi peligroso. He llegado a comerme 8 bollos, 32 magdalenas, vomitar y volver a comer”, apuntaba, provocando la sorpresa de todos los colaboradores allí presentes.