Más madera. Y nunca mejor dicho, porque Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa han acabado 8 años de relación a palos. De acuerdo, palos de ébano trabajados por los mejores carpinteros de la alta sociedad, pero que hacen el mismo daño que un garrote de pino vulgar y corriente. Cuando te toca la cabeza, la brecha no te la quita nadie. Y así tenemos a los dos veteranos examantes estos días, llenos de heridas y cicatrices sangrantes. Ambos están utilizando la misma estrategia, la de decir que no hablarán pero dejar el terreno lleno de minas. Ahora, además, empiezan a llegar refuerzos. Isabel ha fichado a Julio Iglesias, su exmarido más famoso: el cantante ha salido a defenderla increpando a Vargas Llosa en un duelo testosterónico surrealista. Pues bien, toca el contraataque del Nobel. También con persona interpuesta. Personas, mejor dicho.

Mario es un gran escritor, pero no sabíamos que dominaba la literatura mafiosa como otro Mario: en este caso Puzo, el padre de 'El Padrino'. Lo que ha dejado caer podría calificarse como una cabeza de caballo entre las sábanas de seda de la socialité o como aquello de "te haré una oferta que no podrás rechazar". Una amenaza en toda regla: si la filipina no calla y les deja en paz, la gente empezará a hablar. Su gente. Y ella haría bien de considerar la advertencia, le pueden tirar toda la basura a la puerta de Villameona. Ya saben que la suciedad en aquella mansión provoca alergia, como los olores corporales: pueden ser los pedos del escritor o el aroma a humanidad de un vagón de metro a primera hora de la mañana, como Tamara Falcó. Con un matiz, esta porquería es de calidad suprema. El talón de Aquiles de la Preysler, de hecho.

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa discusión Europa Press
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa discutiendo / Europa Press

Mario Vargas Llosa reacciona y amenaza a su ex desde Perú

Vargas Llosa ha vuelto a Perú con su exmujer, hijos, nietos y todo aquello que representaba su vida antes de sentir cosas "de pichula" en 2014, cuando dejó a Patricia Llosa con un palmo de narices. Allí ha recuperado cierta paz y un despacho con vistas de fantasía, que hace de base de operaciones de las hostilidades transoceánicas. Si la Preysler levanta el teléfono y llama a la revista '¡Hola!' para hacer públicos sus ataques, Mario hace lo mismo pero marcando el número de un periodista de su cuerda: Federico Jiménez Losantos. Entre ultras se entienden, y el de Teruel ha ejercido de mensajero con mucho gusto. "Hay una historia de Isabel Preysler que no ha salido porque Mario Vargas Llosa no ha querido. Que no sigan".

Losantos Es Radio
Federico Jiménez Losantos / Es Radio
Mario Vargas Llosa y Patricia Llosa coche GTRES
Mario Vargas Llosa y Patricia Llosa en Perú / GTRES

La Preysler contra las cuerdas, el peruano quiere abrir el melón del dinero: "Gana 5 veces más que ella"

La reina de corazones está pasando un momento de gran angustia por los diferentes frentes abiertos que le roban el sueño. De hecho, leemos en Informalia que empieza a compararse de forma victimista con otro rey caído en desgracia, Juan Carlos de Borbón: "De protegerle y no publicar nada que pudiera perjudicarle o manchar su imagen, se pasó a sacar todos sus trapos sucios. Por ello está rara, tensa, preocupada". Como el emérito, lo que más la inquieta son los líos amorosos y la pasta, el parné, el money. La difunta Laura Boyer así lo ha dejado como testimonio póstumo, por ejemplo. Llosa conoce esta debilidad y tira con bala en boca del locutor: "No ha salido la historia económica, que es la que te mata. Y no ha salido porque Mario no ha querido y ella lo sabe". Abrir este melón puede acabar con ella. Es la revancha por acusarlo de no contribuir a la economía de pareja y de vivir como un reyezuelo, con mayordomos, cocineros, peluqueros, manicura semanal y todo tipo de lujos... gratis. Pues no. El escritor marca paquete: "Dijeron que vivió como un rajá a costa de ella, cuando tiene mucho más dinero y gana más dinero que Isabel, en un año gana más que ella en cinco".

Isabel Preysler mueca GTRES
Isabel Preysler / GTRES

Guerra de ricos. Cuánta clase. Qué espectáculo.