Marc Giró ya hace unas semanas que cada día le dice a los oyentes de RAC1 que Vostè primer. Allí es el presentador y director, el alma de un programa donde deja muestras diarias del carácter y la incontinencia verbal que lo han hecho merecedor, no sólo de tener programa propio en la radio, sino también de ser un colaborador codiciado por muchos otros que ven en él a alguien que te alborota el gallinero en cero coma. Uno de los que ha contado con él en el pasado es Andreu Buenafuente, que este martes lo invitó a su Late Motiv. Allí Giró hizo lo que se espera de él: aportar su particularísima visión de lo que lo rodea, explicada de la manera como sólo él sabe explicar y dejando a presentador y público rendido a sus pies.
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Buenafuente y Giró hablaron de todo. También de la situación en Catalunya, y esta vez, todavía con más razón de ser. Marc Giró es catalán, empezó su carrera profesional en Catalunya, de la mano de Jordi González en el recordado Les 1000 i una, en TV3, ya hace 22 años. Después, sin embargo, su carrera prosiguió en Madrid, donde vive hace 20 años. De hecho, él reconoce que está empadronado allí y que la vida él la ve "en AVE, muy rápido todo." Pero Andreu quiere saber la opinión sobre el conflicto catalán, precisamente de la mano de alguien que también ha vivido mucho tiempo a caballo entre un sitio y el otro. "Lo reconozco", dice Giró, "yo soy equidistante, entonces, quedo fatal en todas partes. El muy independentista y el muy de lo otro tendrían que ponerse un poco como yo, serenarse, escucharse... Si hay dos millones de independentistas, habrá que escucharles, a lo mejor tienen razón".
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Giró habló de Catalunya. Y de España. País al que define con una curiosa metáfora: "¿Tú tienes perro Andreu? Yo tengo dos. Y España es como un perro que se está meando a las 11 de la noche". Buenafuente sonríe. Y Giró se acaba de explicar: "Llueve fuera y estás tú a gustito, una fumando un porro, otro tomando sopita y entonces dices: 'si está el perro meándose muchísimo y hay que sacarlo a mear, o le explotará la vejiga y se meará en casa!!'". Pereza máxima bajar. Pero él tiene claro quién lo tiene que hacer: "¿A quién le toca bajar al perro? A los políticos. Que el perro mee y cague y descanse. Hay que descansar a España... y entonces un veterinario ya verá a ver qué pasa con el perro". El símil canino da lugar, después, a una reflexión que queda encima de la mesa: "quizás España necesita que le cambien de nombre, como a los yogures. O la bandera, que deje de ser España". Puedes verlo a partir del minuto 05'30":
Debajo de la locura y el sarcasmo, Giró acostumbra a decir cosas francamente interesantes. Sólo habría que añadir que si España es como un perro que se mea por la noche, a veces el Congreso de los Diputados parece un pipican.