En el episodio #33 del pódcast Rutas de éxito, presentado por Marius Cozma, un testimonio estremecedor ha dejado sin palabras a la audiencia. Marc, un camionero veterano con más de dos décadas en la carretera conocido en redes como Traginer de Tona, ha confesado lo que pocos se atreven a decir: sí es posible ganar entre 3.000 y 4.000 euros al mes, pero el precio a pagar es pasar tres semanas seguidas lejos de casa.
“Yo no engaño a nadie. Yo explico mi día a día, tanto lo bueno y lo malo. Y, sobre todo, lo que quiero dar a entender es que el que se quiera meter en un camión a hacer internacional o nacional, esto te tiene que gustar", declaró Marc durante la charla, dejando claro que este trabajo no es para cualquiera. Con un lenguaje directo y sin tapujos, describió la realidad de quienes mueven la economía española a golpe de tacógrafo y noches interminables en la carretera.

El sacrificio detrás del sueldo de un camionero internacional
Lo que en apariencia parece un salario atractivo esconde una rutina cargada de sacrificios. Marc reveló que en los mejores meses con viajes internacionales puede alcanzar los 4.000 euros, pero solo si está dispuesto a vivir prácticamente en la cabina de su camión. “Nadie te regala nada. Sí, se gana. Claro, pero te lo tienes que trabajar”, sentenció. Asimismo, el camionero explicó que la clave está en saber manejar el tacógrafo, el dispositivo que regula las horas de conducción y descanso. Según él, muchos novatos fracasan porque no entienden cómo administrar su tiempo en carretera: “Cada hora es oro”, afirmó.
La realidad es clara: mientras la mayoría de la población disfruta de sus fines de semana en familia, estos profesionales están cruzando Europa, conduciendo de noche y soportando la soledad de carreteras interminables. Y aunque la libertad es uno de los atractivos más mencionados del oficio, Marc advierte que se trata de una libertad “entre comillas”: siempre bajo la presión de cumplir entregas y horarios imposibles.
De la pasión al desgaste: la doble cara del oficio
Marc, quien se inició en el mundo del transporte tras abandonar la construcción, asegura que la pasión por los camiones fue lo que lo atrapó en un inicio. “Cada viaje puede ser una aventura, conoces lugares, gente diferente. Pero si no te gusta de verdad, mejor ni te subas al camión”, advirtió. Ahora bien, esa pasión inicial contrasta con el desgaste físico y emocional que describe ahora. El veterano del asfalto recuerda que ha recorrido medio continente transportando mercancías de todo tipo: desde productos frigoríficos hasta cargas de gran volumen. Sin embargo, insiste en que el romanticismo desaparece pronto cuando el cansancio y la distancia con la familia se convierten en el pan de cada día.
En su intervención, también apuntó a la precariedad que muchos de sus colegas sufren, señalando que no todos alcanzan las cifras que él menciona: Muchos apenas llegan a los 2.000 euros porque no están dispuestos a salir tres semanas seguidas o porque trabajan en empresas que pagan mal.
El testimonio de Marc en “Rutas de éxito” pone sobre la mesa una verdad incómoda: ser camionero internacional en España puede ser rentable, pero a costa de perder el contacto humano más básico: la familia y el hogar. El propio moderador, Marius Cozma, no dudó en subrayar la dureza de esas condiciones, mientras Marc insistía en que lo esencial es ser realista antes de subirse a un camión: “Si lo haces solo por dinero, no lo hagas”. Aquí no hay atajos, solo carretera y sacrificio.