La princesa Leonor ya ha empezado la cuenta atrás para iniciar su tercer año de formación castrense. El próximo 1 de septiembre está convocada en San Javier para ingresar en la Academia General del Aire. Cuando termine este curso, Leonor será Jefa de todos los ejércitos y estará preparada para ser la Jefa del Estado.

El caso de la infanta Sofía ilustra un camino distinto. Tras terminar sus estudios en el UWC College de Gales, decidió continuar su formación fuera de España. Ha elegido Lisboa, en el Forward College, un centro afiliado a la Universidad de Londres. En su caso, la atención mediática es menor. Pero allí, como su hermana, también recibirá la ayuda económica de sus padres.

Leonor y Sofía / Gtres
Leonor y Sofía / Gtres

La princesa Leonor y la infanta Sofía reciben una paga de sus padres

Sí. En los Presupuestos Generales del Estado no aparece ningún sueldo asignado a las hijas de los reyes. Ni Leonor ni la infanta Sofía cuentan con una asignación oficial. Felipe VI quiso dejarlo claro: no habrá dinero público hasta que ambas concluyan su etapa académica y militar. Sin embargo, eso no significa que vivan sin ingresos.

En el entorno de Zarzuela revelan que la princesa recibe una paga mensual privada. Se trata de unos 3.000 euros al mes, una cantidad muy superior al salario medio en España, que ronda los 2.640 euros, según datos del INE.

El contraste es evidente. Mientras miles de jóvenes trabajan por menos de esa cifra, Leonor dispone de un sueldo regular para sus gastos personales. Y eso sin cargo oficial, sin responsabilidades públicas permanentes y sin obligaciones fuera de su formación militar.

Leonor y Sofía / Instagram
Leonor y Sofía / Instagram

Una paga que supera el sueldo medio español

Ese dinero no se considera un lujo dentro de la Casa Real. Se presenta como una ayuda “normal”, un apoyo de sus padres para cubrir sus caprichos, sus viajes, su ropa o la tecnología que necesite. Lo mismo ocurre con Sofía, que también cuenta con una paga similar. La diferencia es que en el caso de la heredera, todo lo que recibe se mide con lupa.

La situación provoca debate. Por un lado, se entiende que cualquier estudiante en su posición requiere cierta autonomía económica. Por otro, resulta llamativo que la futura reina cuente con un ingreso superior al de un trabajador medio. La percepción social no siempre perdona estas comparaciones.