Esta noche a las 21h, el Barça tiene el partido más importante de la temporada. A aquella hora, los de Xavi Hernández reciben al Nápoles en partido de vuelta de los octavos de final de la Champions. Después del 1 a 1 de la ida, el conjunto azulgrana tiene que ganar a los italianos si quiere seguir en la máxima competición europea y pasar a los cuartos de final. Un partido a cara o cruz, solo vale ganar (o empatar e ir a los penaltis, pero los corazones culés podrían sufrir demasiado). Y para hacerlo, el técnico de Terrassa veremos qué once pone encima del césped de Montjuïc, con la plaga de lesiones que tiene, los dos últimos en caer, Frenkie de Jong y Pedri. Con Raphinha tocado por un golpe contra el Mallorca en el último partido, parece que el equipo titular está más claro que el agua. Los culés nos encomendamos (dato muy sintomático) a dos chavales que todavía no son mayores de edad, dos jugadores descomunales de 17 y 16 años que todavía están en el bachillerato, dos jugadores del plantel que llevan las últimas semanas sosteniendo al equipo, el uno desde el eje de la defensa y el otro atacando por el extremo. Hablamos de los maravillosos Pau Cubarsí y Lamine Yamal.

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Lamine Yamal y Pau Cubarsí
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Lamine Yamal y Pau Cubarsí, cracks, los dos mejores del Barça en los últimos partidos / Instagram

Detengámonos en este último, que sin comerlo ni beberlo, se ha visto metido en un conflicto donde el madridismo más ultra, patriótico y cavernario lo ha puesto en el centro de la diana, en una demostración fehaciente del madridismo sociológico y de cómo todo lo miran con su lupa. Pero a veces, hay algún hiperventilado que desbarra de mala manera. Porque una cosa es tener al Barça y los culés entre ceja y ceja y la otra es hacer el ridículo... O culparlo de lo que hacen los jugadores de su propio equipo. Vayamos por partes. Uno de los nombres propios de las últimas horas es el de Brahim Díaz. El jugador hispano-marroquí, nacido en Málaga, pero de raíces marroquíes, con su familia paterna de aquel país, es la gran sensación para el madridismo. Un madridismo que esperaba que el jugador merengue fuera convocado por el seleccionador español Luis de la Fuente. Pero ante la calma del entrenador de la Roja en este tema, Brahim ha ido al grano y ha decidido jugar con la selección de Marruecos.

El madridismo está que trina, criticando a De la Fuente por su pasotismo y desinterés, acusando también a la Federación Española que tendría que haber tomado cartas en el asunto, considerando que quizás a De la Fuente no le gusta lo suficiente el jugador, por lo que tendría que haber intercedido para el día donde él no sea el entrenador, para asegurarse un valor emergente y que jugara con la selección española. La caverna, criticando a De la Fuente por no haber sabido (o querido) de hacerle una llamada al jugador madridista: "No he hablado con Brahim. Yo convoco o no". El madridismo, irado con él, con la Federación... y de rebote, con Lamine Yamal, a quien le ha tocado recibir, de manera lamentable, por parte de la merengada más patriótica. Lo ha explicado RAC1.

Hace un tiempo pasó una cosa similar con Lamine Yamal. El jugador del Barça, también de padre marroquí, ya decidió hace tiempo defender la camiseta de la Roja. Pero ahora, una vez se ha confirmado que Brahim Díaz jugará con el combinado africano para siempre, ha sido el delantero azulgrana quien ha pagado el pato, en el objetivo de críticas infames e injustificables por parte de seguidores merengues. ¿Por qué han hecho sangre con Yamal? Porque le acusan de 'haberle quitado el puesto a Brahim', donde juegan en posiciones similares. A la hora que culpan a la Federación Española de no haber tratado de la misma manera a los dos jugadores, así como también al seleccionador español, acusándolo de no haberse preocupado ni haber mostrado el mismo interés que sí tuvo con la perla azulgrana cuándo se encontró exactamente en la misma situación... ¿Conclusión? Han empezado a desbarrar:

Es superior a ellos. Su odio a todo lo que tenga que ver con el Barça les hace decir estupideces a más de uno. Lamentable.