El mundo de la televisión, especialmente el mundo de Telecinco, comporta, para muchas personas, que durante una época salgan en todas partes, en todas los saraos, en todos los programas, hasta en la sopa, y de repente, de la noche a la mañana, caigan en desgracia, sean totalmente olvidados, nadie los llame y dejen de ir a los platós. Casos así hay a espuertas en la cadena privada, acostumbrada a utilizar a muchas personas como si fueran juguetes y cuando se cansan de ellos, dejarlos guardados en un baúl y tiren la llave al mar. Es lo que le pasó a Loly Álvarez.


Concursante de Supervivientes en la edición del 2019, se define como artista, cantante y actriz, aunque para el gran público sea conocida por ser un rostro habitual de los programas del corazón y reallities de Telecinco. Una de las primeras veces que la vimos estuvo formando parte de la troupe de Crónicas marcianas, donde explicó cómo se despeñó en la Cibeles al lado de otro personaje peculiar como Arlequín. Conocida por sus constantes broncas con Yurena (anteriormente Tamara), con muchos litigios y reivindicaciones de autoría de su hit No cambié, y después de ir a menudo al Sálvame o el Deluxe, Álvarez volvió al foco mediático en febrero del 2019 porque su marido, Roni Santos, ganó una demanda de paternidad que su madre inició en 1979, cosa que les permitió heredar una gran fortuna, unos dineritos que les fueron muy bien porque estuvieron a punto de perder su casa.


Alejada de las televisiones desde que participó en el reallity en la isla, ahora hemos sabido por qué. Ella misma ha reaparecido para revelar que los últimos años ha hecho frente a una grave enfermedad. Completamente devastada, Álvarez se puso en contacto con el programa Socialité para confesar que ha estado a punto de perder la vida: "Llevo pasando los seis meses más horribles de mi vida". Explica que en Navidad le pronosticaron una grave enfermedad, sin especificar cuál, y que el primer pronóstico que le dieron fue terrorífico: "Me dijeron que tenía los días contados. Fue sorpresivo, totalmente, fue por azar porque está Dios arriba. Se pudo coger en el momento y fue algo que me pilló antes de Navidad". Después de la primera sacudida, inició un tratamiento que parece ser que ha sido bastante efectivo, y seis meses después parece que empieza a ver la luz al final del túnel y que se encuentra bastante mejor: "La vida es maravillosa y solamente te das cuenta cuando estás a punto de perderla. Yo he necesitado muchísimo tiempo para necesitarlo. Creo en Dios por encima de todo y siempre he pensado que hay algo que me protege. He vuelto a nacer".


Esperanzada, Loly Álvarez dice que poco a poco quiere volver a su vida antes de la grave noticia y que está acabando un trabajo discográfico. "Aunque le costó asimilarlo, ahora respira tranquila porque su pronóstico no tiene nada que ver con el inicial", explican. La noticia de la televisiva llega días después de que otra habitual de la cadena, Irma Soriano, explicara hace unos días en el Deluxe que casi muere electrocutada.