Hay dos periodistas de TV3 que los últimos meses se merecen todos los elogios y más. Bueno, hay muchos más, por ejemplo, los compañeros cámaras que los acompañan, u otros reporteros que han ido, pero no hay duda de que las caras visibles de la lamentable invasión por parte de Rusia a Ucrania son, con respecto a la Televisión de Catalunya, Manel Alías y Lluís Caelles, dos de los reporteros que han enviado desde que estalló la guerra en aquel país. Sus crónicas sinceras, precisas, informativas y sobre todo, muy humanas, no sólo emocionan a los espectadores, sino que se tendrían que estudiar en todas las facultades de periodismo.


Excelente trabajo el que han llevando a cabo los dos profesionales al pie del cañón, viviendo situaciones complicadas y lo más importante, informando de todo lo que pasa en una zona donde la guerra, el dolor y la tristeza están en cada esquina. Al poco tiempo de estallar la guerra, Alías ya puso los pelos de punta con una crónica impresionante, "La crónica más complicada de mi vida", o cuando reveló el precioso y significativo nombre que él y su mujer rusa le pusieron a su hijo: "Mi mujer es rusa y cuando supo que en catalán había un nombre que quería decir PAU quedó decidido cómo se llamaría nuestro hijo. Con los idiomas que hablamos en casa se podría llamar Pavel, Pablo o Paul. Pero estaba claro: nos gustaba Pau. Muchas gracias a todo el mundo por el apoyo. Y paz"!.
La meva dona és russa i quan va saber que en català hi havia un nom que volia dir PAU va quedar decidit com es diria el nostre fill. Amb els idiomes que parlem a casa es podria dir Pavel, Pablo o Paul. Però estava clar: ens agradava Pau. Moltes gràcies a tothom pel suport. I pau! pic.twitter.com/A3bFdCKx4Q
— Manel Alías (@ManelAlias) March 6, 2022
Caelles también nos ha puesto un nudo en la garganta cuando ha salido en TV3 informando de cuál es la situación. Especialmente, lo que le pasó cuando un grupo de milicianos ucranianos obligó a cortar la conexión en directo que estaba haciendo desde Khomutets, a cien kilómetros de Kyiv, cuando Caelles estaba al inicio de la conexión explicando los últimos hechos vividos en Ucrania. Un grupo de milicianos salió de un coche y pidió que se acabara la conexión, mientras el corresponsal les mostraba con serenidad el pasaporte e intentaba devolver la emisión. Al final, los milicianos taparon el objetivo de la cámara mientras él daba un mensaje de tranquilidad dirigido a los espectadores: "Estamos bien, ahora nos marchamos", antes de hacer camino hacia la frontera polaca.

Caelles se merece todos los reconocimientos que le den. No sólo hace muy bien su trabajo y vive al máximo su profesión, sino que los que lo conocen destacan de él su bondad. Y ahora opta a un galardón muy querido por los vecinos de su Terrassa querida: candidato a Capgròs 2022. "Estoy ilusionado como un niño", ha reconocido en MónTerrassa. El periodista tiene claro que el jurado del Casinet de l'Espardenya ha pensado en él por su cobertura de la guerra en Ucrania, y en este sentido, "de lo que estoy muy contento es de haber tratado siempre de llevar la cámara y poner el foco sobre quien de verdad sufre la guerra, que es la gente. Especialmente la gente más vulnerable y más frágil". Caelles, nacido en Isona, el Pallars, y "egarense de adopción", hace tiempo que ya se considera "egarense" sin añadidos y se implica al máximo en la ciudad, participando de la vida social, cultural y deportiva. ¿Cómo? "Dando conciertos de nuestro grupo de música (los Brokens), participando en carreras, cerrando filas en los castells... ¡Y mira que soy claustrofóbico! E incluso he hecho de loro en el Quinto del Social rimando y entonando tan bien como podía...". Maravilloso.

Dice que cuando se instaló en Terrassa, "ya hace años y años, y llegó la Fiesta Mayor, el Capgròs del Año me enamoró. Porque estaba al margen de la oficialidad, porque venía de la gente y porque se movía entre la gente. Tiene este punto de revuelta que lo hace imbatible"!. Si gana el Capgròs del Año, tiene muy claro qué hará, una "idea loca". Teniendo en cuenta que las crónicas que ha hecho desde Ucrania son lo que lo ha hecho merecedor de optar al reconocimiento egarense, "me gustaría que el Capgròs pudiera hacer la cobertura de la paz. Cuando las armas callen y los ucranianos puedan volver a vivir en paz en su país, me gustaría llevar el Capgròs (o una delegación de los Capgrossos) hasta el Maidan en el corazón de Kyiv y celebrar la paz. Que el Capgròs de alguien que se vio obligado a cubrir una guerra (y el resto de amigos cabezudos de Terrassa) pueda hacer una cobertura de la paz en una ciudad preciosa como Kyiv y en un país acogedor y amistoso como Ucrania"... Maravilloso. Sólo por eso, ya merece ganarlo.