La maldita irrupción de VOX a la primera línea de la política estatal demuestra cómo un grupo de retrógrados que mezclan ignorancia, agresividad y petulancia, consiguen convencer a 3.5 millones de seres humanos para que los nombren como representantes legítimos en una democracia. No hay día sin una infamia, es igual que hablen de violencia contra las mujeres, homofobia o racismo, libertades civiles, del cambio climático o de los Reyes Magos de Oriente. La ecuación acaba siempre igual: una mezcla de vergüenza, incredulidad y toques de hilaridad, que sustituyen la desazón de tener que compartir existencia con estos personajes. Pasan el día hurgando y provocando, y cada vez más a menudo, haciendo un papelón de sabelotodo inverosímil y que ofende la inteligencia. A veces, también la memoria. La histórica y la personal. Y claro, el esfuerzo que se tiene que hacer para contenerse es titánico, y no siempre se consigue. Hay quien dice que entrar a debatir con ellos es hacerles el juego que buscan, pero hay veces que callar es una opción. Es lo que le ha pasado a Julia Otero con Rocío Monasterio. La periodista ha destruido a la inclasificable líder de VOX, después de un vídeo de la ultra con un tractor, haciéndose pasar por experta rural y ecológica e interpelando a la locutora gallega, que ha tardado poco y menos en ponerla en su sitio.

Rocio Monasterio Congres EFE

Rocío Monasterio EFE

¿Y cuál es el lugar de políticos como Monasterio, su marido Espinosa de los Monteros, Ortega Smith, Abascal, etcétera? Cara a la pared en el rincón de pensar. Bien, quizás que reflexionen es empeorar las cosas: es suficiente con que estén calladitos y no intoxiquen más a la sociedad. En todo caso, Otero, después de ver la versión campera de Monasterio, la nueva lideresa del campesinado y ganadería española (aunque ella es más de cazadores y toreros), ha necesitado tres líneas para mandar la ultra a hacer gárgaras. Primero, por indocumentada climática. Después, por ignorancia sobre sus raíces, "una aldea de 20 personas", a A Penela, Lugo. Tercero, por ser heredera ideológica de represores franquistas, los que precisamente expulsaron familias de su tierra. Y por último, la galleta más sonora de todas. Por petulante: "La disculpo: noto que le hace ilusión ver un tractor de cerca."

Julia Otero vacas @otero julia

Julia Otero Galiza @otero_julia

Rocío Monasterio tractor @monasterior

Rocío Monasterio tractor @monasterior

Monasterio, "te han calado". Ya puedes hacerte fotos con todo el atrezzo que quieras, que tus disfraces no se los cree nadie. Ni el rural, ni el de política, ni el de experta de nada. Tampoco el de arquitecta. Ahora bien, como bombera pirómana (o 'bombera torera', no sé) no tienes precio.