De los creadores de "Los españoles muy españoles y mucho españoles" o "Es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde" llega ahora "¿Pedro? ¿Pablo Iglesias? ¿Pablo Casado?". A Rajoy lo han superado -y mira que era difícil-. El proceso de sumar nombres a las listas electorales de los diferentes partidos es de las cosas más surrealistas (de las muchas) que perpetran las diferentes formaciones. A menudo se buscan cromos de gente poco o nada preparada, de personas que tienen una imagen mediática, pero después son como un Kinder sorpresa (que le pregunten a Máximo "el breve" Huerta), de caras conocidas que después del primer golpe de efecto mediático, tienen muy poco bagaje y muy poca preparación.

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@pablocasadoblanco

En el PP decidieron incorporar a filas a Juan José Cortés. Pastor evangélico, entrenador de fútbol, activista español defensor de la etnia gitana y padre de la difunta niña Mari Luz, asesinada por un pederasta el año 2008. Un drama que sacudió la opinión pública y movilizó a todo el mundo en apoyo a la familia. Ahora, once años después, Pablo Casado lo ha escogido para ser su número 1 por Huelva. Pero después del último acto de campaña probablemente esté pensando si ha escogido bien. Básicamente, porque Cortés no parece tener muy claro a quién le tiene que rendir cuentas. Durante su intervención, el candidato pepero parecía Groucho Marx recitando su mítica La parte contratante de la primera parte. Eso, o la reproducción del dicho Donde dije 'digo' digo 'Diego'. Porque ha empezado nombrando al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, para referirse a Pedro Sánchez, para acto seguido mezclar los apellidos del primero con el segundo: "Los españoles quieren a Pedro Iglesias fuera de la Moncloa". Casado, sufriendo más que con una pregunta de Júlia Otero.

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La Sexta

Cortés se ha liado con los rivales políticos de su oráculo y con el mismo Pablo Casado, que no sabía hacia dónde mirar, con una cara que recordaba a la que hizo cuándo vio al candidato a la alcaldía de Barcelona, Josep Bou, recitar todos los apellidos de su familia en otro mitin para olvidar. La cara del líder del PP, un poema, cuando oye como le dicen Pedro en lugar de Pablo. Parecía un chiste malo de los Picapiedra. "Le doy gracias a Pedro... a Pablo... No te puedo confundir con Pedro, sería un error que no me podría permitir". Pues se lo ha permitido. Puedes verlo cliqueando en la foto:

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La Sexta

Un rictus tenso, una sonrisa padrinesca de Casado que evidencia lo poco que le ha gustado el momento, y la red se ha abonado en masa: