Juan Carlos Unzué lleva casi seis años conviviendo con la ELA, una enfermedad cruel que avanza sin pausa y limita poco a poco funciones tan básicas como hablar, moverse o respirar. Desde que recibió el diagnóstico en 2019, el ex guardameta y entrenador ha convertido su historia personal en un altavoz imprescindible para miles de pacientes. Siempre con serenidad. Siempre con verdad. Y, para ayudar a quienes están como él, no tiene problemas en comunicar algunas de sus decisiones más íntimas y difíciles.
Por ejemplo, el exfutbolista explicó en una entrevista para El Larguero que había decidido no hacerse la traqueotomía, un procedimiento que podría prolongar su vida cuando sus pulmones no sean capaces de seguir trabajando. Lo contó sin dramatismos. Con una lucidez que golpea. Con una frase que resume una filosofía que lleva tiempo construyendo: “Prefiero marcharme un poco antes con la sensación que tengo hoy, de que he tenido una vida plena”. Reconoce que hace unos años habría elegido otra opción. Que en las primeras etapas de la enfermedad, cuando aún tenía más autonomía, estaba dispuesto a todo. Pero el tiempo pasa. Y enseña.

El apoyo de su familia ha sido imprescindible para Juan Carlos Unzué
Arropado por su familia en Pamplona, Unzué explicó que tomó la decisión sin presión. Sin miedo. Sin ruido. La primera persona a la que se lo contó fue María, su esposa. Y su reacción lo dice todo. Aceptación, respeto y cariño. Unzué habló de ella con emoción: “Las mujeres tienen un sexto sentido”. Ella ha sido su sostén en este camino. Su mirada honesta cuando él necesitaba claridad.
Su labor como activista ha sido enorme. Él mismo lo resumía con humildad: “He conseguido todo lo que estaba en mis manos”. Pero sus pasos, su visibilidad y su capacidad para comunicar han sido decisivos para aprobar la ley de apoyo a enfermos de ELA, una reivindicación que llevaba más de dos años bloqueada. La norma garantiza cuidados 24 horas en fases avanzadas y ayuda a los cuidadores. Unzué, sin embargo, reclama algo esencial: que la ley sea real, que llegue a los hogares. Por eso defiende el plan de choque de 63 millones de euros para asistir ya a quienes más lo necesitan.

Juan Carlos Unzué se convierte en la voz de los enfermos de ELA en España
Su forma de aceptar la enfermedad ha sido ejemplar. Lo asumió “desde el primer día”, aseguraba. Sin negación. Sin rabia. Con un aprendizaje profundo: cada persona procesa a su ritmo. Tres meses. Seis. Un año. Pero siempre con un destino común: la aceptación. Hoy no siente que le quede nada pendiente. Lo dice con paz: ha disfrutado, ha amado, ha trabajado, ha vivido como quería vivir.
Antes de ser la voz de la ELA, Unzué fue un deportista reconocido. Jugó en Osasuna, Barcelona y Celta de Vigo. Entrenó al Barcelona, Numancia y Girona. Y aun así, su legado más grande no lo ha construido en los estadios. Lo ha construido ahora, cuando su cuerpo se apaga pero su mensaje se vuelve más potente.