Desde En Blau no nos cansaremos de decir cosas bonitas de un tipo que vale mucho la pena, un profesional de la cabeza a los pies, una persona con una bondad que no se la acaba y amigo de sus amigos. El apustuflante Jordi Robirosa, mito de las retransmisiones deportivas, especialmente en baloncesto, de este país. Voz del deporte de la canasta en Televisión de Catalunya desde tiempos inmemoriales, que hace poco decidió que ya era suficiente y que colgó las botas. O el micrófono.

Ahora, el bueno de Jordi ha emocionado a sus seguidores hablando de otro adiós. Un adiós profesional no escogido, fruto de decisiones empresariales. Un adiós, esperemos que temporal, pero lo que queda lejos de cualquier duda es que sí que es un adiós casi definitivo a lo que lleva haciendo durante muchos y muchos años. Hablamos de Antoni Daimiel. Como dice Edu de Batlle de RAC1, "Siempre he sido muy pesado con este tema, me da igual. El mejor comentarista deportivo que nunca ha existido. Un ejemplo para la profesión. Egoístamente como espectador, ojalá no lo perdamos con el cambio". Primero, con el añorado Andrés Montes, y desde hace ya muchos años, con Guille Giménez, siempre en Movistar+.


Hace poco se ha sabido que este año, después de décadas, 30 años, de hecho, Movistar+ no retransmitirá los partidos de la NBA. Por lo tanto, los espectadores y fans de este deporte y de verlo por la tele, nos quedaremos huérfanos de ver y oír los partidos de los Lakers, los Celtics, los Warriors o cualquier equipo, con la voz y presencia de dos monstruos de la comunicación, el mencionado Daimiel y Guille Giménez. Una pareja catódica absolutamente extraordinaria. No solo lo saben todo sobre la NBA, sino que comunican de una manera como hay pocos, sencilla, cómplice, y trufando la narración con anécdotas personal del día a día, hablando sobre pequeñas cosas y trivialidades, que hacían que la audiencia quedara rendida a sus pies. Como este día en el que hablaron de las escobillas del inodoro:
Dos profesionales de la cabeza a los pies a quienes echaremos mucho de menos: "No sé qué deparará el futuro. Miro hacia delante y a veces veo un valle y otras un acantilado. Pero hoy la gente que ha seguido más o menos esa trayectoria desde el otro lado de la pantalla me ha hecho sentir bien", dice Daimiel. "Es reconfortante sentir el aprecio sobre todo de gente desconocida o de conocidos con los que hacía mucho que no hablaba. Como sabéis se ha cumplido el presagio y no habrá NBA en Movistar+", añade. Y uno de estos compañeros de profesión, con quienes comparte pasión por este deporte, es justamente Jordi Robirosa, que hace un tiempo, también acercaba la información de la NBA a través del Canal 33. Robirosa ha querido tener unas palabras de calor hacia su buen amigo Antoni, publicando una imagen juntos de los dos y un mensaje sentido y emotivo, preguntándose qué hará ahora que no lo podrá oír cuando vea los partidos de baloncesto de la liga norteamericana. "A ver, la NBA sin oír la voz de mi buen amigo Antoni costará; costará mucho. Atrás, sin embargo, quedan tres décadas de un gran trabajo que yo, al principio de este largo camino, pude captar sobradamente". Triste, pero contento de haber compartido pasión, profesión y amistad con él, Jordi le dice a Daimiel que "Al menos, querido Antoni, podrás disfrutar de unos horarios más acorde con la vida. Y como dicen los gringos: 'Thanks for the memories!!!!'".

"¡Sois los mejores comentando baloncesto y habéis enamorado a toda una generación, gracias a los dos!!", "Dos muy grandes!! Yo lo he seguido durando estos 30 años!! Nos falta Andrés Montes en esta foto!! Muy buena dedicatoria, Jordi", "¿¿¿Sin Andrés, sin Daimiel... y sin ti??? Nada será nunca más lo mismo...", "Jordi, eres un pionero de la NBA junto con Ramon Trecet, y gran trabajo de continuación con Antoni"... son algunos de los mensajes de los espectadores. Compartimos los sentimientos. Le echaremos de menos. La NBA ya no será lo mismo sin él. Esperemos que allí donde vaya a parar, o haga lo que ahora haga, siga enamorándonos como cuando lo ha hecho durante 30 años diciendo cosas como "Dios se disfrazó de jugador de baloncesto", después de una jugada mítica de Michael Jordan.