El bueno de Jordi González puede decir bien orgulloso que a su alrededor, durante toda su vida, ha tenido muchas personas a su lado que le quieren, que le queremos, motivo por el cual puede sentirse feliz. Por supuesto, su familia, pero también, los muchos amigos que tiene y los muchísimos compañeros de trabajo que guardan un buen recuerdo después de haber trabajado con él en alguno de los muchos programas que ha hecho en la tele o en la radio. Otras personas muy importantes en su vida son los médicos que le atendieron y trataron cuando recientemente, ahora hará un año, sufrió el trance más complicado que le ha tocado vivir, cuando casi no lo cuenta, en Colombia, donde estuvo a punto de morir: "He estado muy jodido, pero ya totalmente recuperado, bueno, 90%, estoy yendo a rehabilitación... He tenido el mismo problema que ha acabado con la vida del Papa Francisco, lo que pasa que yo soy más joven y no estoy tan gordo. He tenido una bronconeumonía bilateral, complicada además con una pequeña crisis renal. Un puto desastre. Empecé el año 2025 muy mal. He estado dos meses hospitalizado, pero me han salvado la vida", decía hace unos meses, ya fuera de peligro, después de estar nueve semanas en la UCI y en coma inducido.

Jordi Gonzalez EN Blau VIP
Jordi González, en el momento en el que explicaba el calvario que había vivido EN Blau VIP

Esto en cuanto a las personas, a los seres humanos de carne y hueso, pero si hablamos de cosas, el querido presentador catalán (que después de crear los inolvidables Les 1000 i una o Vitamina N, ahora ha vuelto a TV3 para conducir el Col·lapse los sábados por la noche), tiene clarísimo cuál es el objeto personal más importante de su vida. Como cada semana, ha ido a El matí de Catalunya Ràdio, este jueves, no para hablar con Ricard Ustrell, de baja por una intervención quirúrgica, sino con Frederic Vincent. Estaban ambos hablando de los regalos de Navidad, ahora que empieza la locura de estos días de Navidad de muchas compras y muchos regalos. Un Jordi que reconoce que "a mí me gusta más regalar, porque me hace ilusión el proceso de pensar, escoger... Normalmente, solo la gente que te conoce muy bien te regala algo que es útil de verdad". Y la persona que más le conocía era, sin duda, su madre, en paz descanse.

Jordi González TV3
Jordi González TV3

Su madre fue la persona que le hizo el regalo más preciado, por lo que significó, cuando él era pequeño, cuando era solo un chaval. Un regalo de aquellos que literalmente, cambian vidas, del cual guarda el mejor recuerdo. Explica Jordi que de pequeño y de adolescente era tartamudo, como le ha dicho hoy a Frederic y como le reveló a Víctor Amela en La Vanguardia ("Los niños del cole me llamaban “Gon-gon-gon...”). Él, que después se ha convertido en uno de los comunicadores con la voz más bonita del país. ¿Cómo fue posible? Porque "mi madre me regaló un cassette grabador Philips, de aquellos de Play/Rec. Yo tenía un complejo tremendo, porque me daba vergüenza leer en voz alta en clase, me daba vergüenza hablar, y ella me regaló este magnetófono y me dijo: 'Cuando estés en la habitación, que no te oiga nadie, tú ve leyendo y ve grabando y te vas escuchando". Él le hizo caso, y a los dos o tres meses de hacerlo, empezó a hacer programas de radio desde la habitación: "Lo superé. Superé la tartamudez. Y aquel aparato para mí es lo más importante de mi vida, porque justamente, me ha marcado la vida".

Cuánto le tenemos que agradecer a Conchita Belart. Por todo el amor y consejos que le dio a Jordi, y hacer que sea la persona que es, pero también, como espectadores, por hacer posible que su hijo superara la tartamudez y se convirtiera en uno de los mejores presentadores que hay en este país.