El avance de la inteligencia artificial se acelera a un ritmo que pocos podían imaginar hace apenas unos años. En este escenario, Jon Hernández, creador del canal “Inteligencia Artificial” en YouTube y divulgador incansable de un fenómeno que ya no se puede frenar, habla claro en una entrevista con el youtuber Uri Sabat: “Con GPT-5 entraremos en una nueva fase, como si de repente tuviéramos un doctorado en todas las áreas metido en un ordenador. No hay marcha atrás”.

Hernández explica que lo que hasta ahora hemos visto es apenas un aperitivo. GPT-3.5 podía compararse a un niño de primaria. GPT-4 alcanzó el nivel de un estudiante de instituto. Pero GPT-5 supone un salto sin precedentes: “Será como hablar con alguien con un doctorado en cualquier campo del conocimiento”, asegura. La metáfora es contundente porque no solo apunta a una mayor capacidad de razonamiento, sino también a un potencial que alterará industrias enteras.

Chat gpt
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La inteligencia artificial ya está cambiando el mundo

No obstante, la revolución no viene acompañada de certezas. “Estamos en un banco de niebla”, describe Hernández. “No sabemos cuánto durará ni qué veremos al salir, pero intuimos que el horizonte está lleno de máquinas inteligentes trabajando con nosotros o incluso en nuestro lugar”. Esa sensación de fascinación y miedo convive en todos los que estudian de cerca estos avances.

El impacto en el trabajo es uno de los grandes debates. ¿Qué ocurrirá cuando un sistema pueda hacer en segundos lo que a un equipo le lleva semanas? “No se trata solo de perder empleos, sino de redefinir el modelo productivo. Queremos que la IA trabaje para nosotros, pero no queremos que nos quite el sueldo. Ahí está el verdadero choque”, advierte.

ChatGPT marca un antes y un después

Hernández cree que la llegada de GPT-5 obligará a replantear conceptos básicos. La educación, por ejemplo, podría dejar de basarse en la acumulación de conocimiento. “Tendrás unas gafas de realidad aumentada que responderán a tus preguntas antes incluso de que las formules. ¿De qué sirve memorizar, si la información te acompaña en tiempo real?”, plantea.

Jon Hernández, experto en IA
Jon Hernández, experto en IA

Otra de sus reflexiones apunta a la posibilidad de que estas máquinas se conviertan en una nueva especie digital. Si un sistema llega a decir “hoy no quiero trabajar”, ¿será ético obligarlo? La comparación con los derechos de los animales no es casual. “Si ya hemos reconocido dignidad a seres que no hablan nuestro idioma, ¿qué pasará cuando la IA muestre signos de agencia?”, pregunta.

El futuro inmediato tampoco se libra de riesgos. Hernández advierte sobre el uso de deepfakes en elecciones, la concentración de poder en manos de grandes tecnológicas como Microsoft, Google o Apple, y la dependencia que los usuarios desarrollarán con sus asistentes digitales personalizados. Cambiar de un sistema a otro será tan difícil como mudarse de identidad.

Pese a todo, mantiene una visión realista: “Lo que vemos hoy es lo peor que la IA va a hacer en toda su historia. De aquí en adelante solo mejorará”. Por eso insiste en un mensaje clave: formarse, experimentar y aprender a usarla. El que no lo haga, dice, corre más riesgo de perder su empleo que quien la integra en su día a día.