Samanta Villar ha vuelto a la parrilla de Cuatro después de que la cadena congelara el programa durante semanas. Lo hizo con el capítulo dedicado a los vicios que no mejoró los datos de share (3'6 en Catalunya y 5'9 en España), a pesar de que la entrega resultó chocante por un protagonista: Jesús, "El Putero", un asturiano que se vanagloria "de haber estado con más de 600 prostitutas". Un ejemplo radical y provocador de alguien que ha hecho de la prostitución una forma de vida personal, llegando al punto de violentar el espectador con su crudeza y falta de filtros a la hora de explicarse.

Es complicado encontrar testimonios de clientes de servicios de prostitución, pero Jesús llena este vacío con creces. Lo que hizo en el programa de Samanta fue apología de la prostitución, creando en ocasiones la duda de si es un personaje inventado o real. Confesaba haber contratado su primer servicio siendo un niño, para continuar con frasses como  "no me he gastado más que lo que se gasta un fumador habitual", "desde que dije que soy putero los curas no me dejan entrar en las iglesias" o "un burdel es un lugar al que se va a pasar un buen rato pero con respeto", que fueron el preludio de afirmaciones más groseras e irrespetuosas.

El programa lo acompañó a uno de estos servicios con una mujer que se hacía llamar Lady, mientras detallaba sus gustos sexuales y examinaba a la chica con una actitud asquerosa y tenebrosa. Tan tenebrosa como su visita a las tumbas de sus padres, donde desvelaba que era huérfano y que pensaba que su padre "era bondadoso y pensaría que ellas también tienen derechos. Mí madre era más recatada y diría: Jesusín, ¡cómo dices estas cosas por la tele!. Creo que estarían orgullosos de mí". Aunque dejó abierta la duda de si su padre también era un putero. Un festival de animaladas que el protagonista continuaba con "no hay nada más bonito que fumarse un porro e irse a la cama con una prostituta" o hablando de su familia (dos niños de dos parejas diferentes; una de ellas, trabajadora del sexo): "Mi hijo es un hijo de puta"

Samanta se acabó encontrando con él para tratar de entender sus motivaciones y cuestionar el trato que dispensa a las prostitutas, pero no quedó satisfecha con las respuestas. La audiencia del programa, tampoco, que censuró el testimonio del asturiano, que eso sí: había conseguido convertirse en el verdadero centro de atención de un porgrama que tocó otros temas en torno a los vicios como el teléfono móvil, una mujer que fumaba glándulas de sapo o la adicción por el salto base. Pecatta minuta al lado de Jesús, "El Putero".