Jesús Janeiro, más conocido como Jesulín de Ubrique, ha sorprendido de nuevo. Contra todo pronóstico, el torero más mediático de los años noventa retoma el traje de luces, esta vez para subirse al cartel de un festival que promete hacer historia. Quince años después de anunciar su retirada, y apenas dos años después de su triunfal “regreso relámpago” en Mozoncillo, Jesulín vuelve a poner el alma sobre el albero, demostrando que la pasión taurina sigue corriendo por sus venas.
Será en La Lastrilla, Segovia, donde el ex de Belén Esteban compartirá cartel con otra figura histórica: José Ortega Cano, quien con 71 años se resiste a colgar el capote. El evento, organizado por la empresa Grana Tauro Toros, tendrá lugar el sábado 17 de mayo y se convertirá en el epicentro de la actualidad taurina nacional. El retorno de Jesulín no es solo un guiño al pasado: es un acto de rebeldía contra el paso del tiempo.
Jesulín y Ortega Cano: una dupla legendaria que revive 18 años después
No es casualidad que este reencuentro cause tal revuelo. Han pasado 18 años desde que Jesulín y Ortega Cano torearon juntos por última vez, y lo hicieron entonces para dar la alternativa a José María Lázaro en Toledo. Ahora, regresan a los ruedos, con las cámaras listas para capturar cada pase, cada gesto y cada mirada cómplice entre estos dos veteranos que marcaron una era dorada del toreo español.
Pero no estarán solos. El cartel lo completan Emilio de Frutos, que celebra su 25º aniversario como matador; el joven novillero Tomás Bastos, apadrinado por Cristina Sánchez, y Jorge Oliva, alumno de la Escuela Taurina de Segovia, quien cerrará el festival en formato de clase práctica. Todos lidiarán novillos de Cayetano de Frutos, ganadería que el año pasado ofreció una magnífica actuación. Un marco ideal para la vuelta de Jesulín, quien ya dejó claro hace dos años que lo suyo no es nostalgia: es pura vigencia.
Jesulín de Ubrique regresa con fuerza: una reaparición llena de nostalgia y pasión en La Lastrilla
Cabe recordar que en 2023, su aparición en Mozoncillo, un modesto pueblo segoviano, fue un fenómeno inesperado. Aquel día, Jesulín cortó dos orejas y bebió vino de una bota ante un público entregado que lo recibió como a un héroe. Las redes sociales ardieron con las imágenes del torero haciéndose selfies, firmando autógrafos y desplegando un carisma que no ha perdido ni un ápice de su brillo original.
Aquella tarde dejó una huella tan profunda que el clamor popular exigía su vuelta. Y él, fiel a su estilo, ha decidido complacer a sus seguidores. Esta vez, su reaparición tiene un aire de revancha y homenaje, de afirmación personal y tributo a una carrera que jamás fue olvidada. Jesulín de Ubrique no regresa: resurge.
La plaza de toros de La Lastrilla, que el año pasado ya vivió un lleno absoluto, volverá a ser escenario de una cita histórica. El pueblo entero se ha volcado con este doble festejo, que no solo reivindica la vigencia de sus figuras, sino que actúa como plataforma para el futuro del toreo con la becerrada del domingo 18 protagonizada por los jóvenes novilleros.