La tensión vuelve a apoderarse del mundo del corazón. Con su reincorporación al universo televisivo de las tardes, Belén Esteban ha desempolvado los fantasmas del pasado. Y como si los astros se hubieran alineado para el drama, su blanco favorito no ha tardado en aparecer: Jesulín de Ubrique y María José Campanario. La colaboradora estrella de la prensa rosa, acorralada por los bajos índices de audiencia de La familia de la tele, ha vuelto a lanzar indirectas envenenadas contra el torero y su esposa. En su afán por levantar un formato que naufraga en las tardes de La 1 —con cifras que apenas superan el 6,7% de share—, Esteban ha desempolvado su artillería verbal, apuntando directamente a quienes alguna vez compartieron con ella uno de los triángulos amorosos más mediáticos de España.

Jesulín contraataca: los abogados ya preparan demandas por vulneración de intimidad

Pero esta vez, el silencio no será una opción. Según fuentes cercanas al matrimonio, Jesulín y Campanario han dicho basta. La pareja ha puesto en marcha un protocolo legal para frenar cualquier nuevo ataque de la ex del diestro. Sus abogados siguen al milímetro cada intervención de Belén, dispuestos a actuar judicialmente si se vulnera su derecho a la intimidad o al honor. Ya no se trata solo de proteger su imagen pública. Se trata de evitar que una historia pasada, ampliamente explotada en Telecinco, vuelva a ser el foco de escarnio nacional.

El matrimonio, que lleva años intentando dejar atrás el ruido mediático, considera intolerable que se les utilice nuevamente para remontar el vuelo de un programa hundido desde el primer día. El mensaje es claro: si Belén cruza la línea roja, se enfrentará a una demanda inmediata. Y no sería una cualquiera. Según apuntan sus asesores legales, ya existen documentos redactados para ser activados sin previo aviso, en caso de que Esteban vuelva a insinuar o relatar episodios de su relación con el torero o su convivencia con María José Campanario.

El silencio no es su estilo: Belén Esteban lanza indirectas entre sonrisas

Lejos de amedrentarse, la “princesa del pueblo” ha respondido con sarcasmo y más indirectas. En su último programa no dudó en felicitar irónicamente a María José Campanario por su nueva aventura televisiva y recordó a Jesulín que, según ella, “el abono transporte Sevilla-Madrid se lo tenía que haber sacado años antes para ver a lo que tenía que ver”, haciendo referencia a su papel de padre ausente. Estas palabras, lejos de ser casuales, parecen calculadas para provocar una reacción. Y lo han conseguido. El matrimonio de Ambiciones está furioso, y no tolerará que sus nombres sean nuevamente utilizados como cebo televisivo.

Sin embargo, Belén juega con ventaja. Conoce las reglas del espectáculo y sabe que el escándalo vende más que el silencio, especialmente cuando los datos de audiencia no acompañan. Su presencia en La familia de la tele no ha conseguido levantar el programa, que ronda cifras críticas por debajo del 7% de share, convirtiéndose en la quinta opción para la sobremesa, muy por detrás de su competencia directa. En este contexto, la incorporación de Belén Esteban se revela como un último intento desesperado por recuperar algo de la chispa que hizo triunfar a Sálvame. Pero la receta parece tener efectos secundarios: está reactivando guerras del pasado que podrían derivar en consecuencias legales y enturbiar aún más la imagen de la cadena pública.