Belén Esteban ha vuelto a dejar al público boquiabierto. Esta vez, no ha sido por sus ataques a sus enemigos televisivos ni por sus enfrentamientos con Jesulín de Ubrique, sino por una revelación que mezcla humor, nostalgia y un toque de provocación. Durante su esperada visita al programa de Marc Giró, Late Xou, hace exactamente un año, “la princesa del pueblo” no se guardó nada. Al contrario: habló sin filtro y con una naturalidad brutal que ya es su sello de identidad. En un ambiente relajado, lleno de risas y sarcasmo, Belén se atrevió a mostrar sus tatuajes… y uno de ellos terminó viralizándose.

No, no es un chiste. Lo ha dicho ella misma y con toda la sorna del mundo. En una conversación distendida con el presentador, Belén confesó tener varios tatuajes: palabras en francés, flores, corazones y el nombre de su adorada hija, Andrea. Incluso se tatuó “Believe” por su fanatismo compartido con su hija por Justin Bieber. Pero lo que más llamó la atención fue ese tatuaje oculto en una de las zonas más íntimas de su anatomía.

Belén Esteban
Belén Esteban

Allí, en el glúteo derecho, Belén decidió inmortalizar hace años un símbolo muy significativo en su vida: un toro. ¿El motivo? Fácil de adivinar: su relación con el torero Jesulín de Ubrique. Sin embargo, el paso del tiempo, la destreza del tatuador y quizás algún que otro verano al sol han hecho de las suyas. Y es que hoy, aquel toro de Osborne, se ha convertido —según sus propias palabras— en algo más parecido a “la vaca de Milka”. “No me lo he retocado y por eso está blanco”, confesó entre risas, provocando una carcajada general.

¿Qué queda de Jesulín? Una sombra en tinta… y en la memoria

La historia del tatuaje no es casual. El toro fue, en su día, un guiño apasionado a su relación con el torero Jesulín de Ubrique, con quien compartió una sonada historia de amor y una hija. Aunque su romance terminó hace ya años —y no precisamente en los mejores términos—, Belén ha decidido no borrar ese recuerdo de su piel. “No, si acaso me lo repaso”, contestó tajante cuando David Valldeperas le preguntó si pensaba eliminarlo.

Y es que, a pesar de que la figura del torero se ha ido difuminando tanto en su vida como en su piel, la colaboradora no tiene intención alguna de eliminarlo. Y es que, para Belén, cada cicatriz, cada tatuaje y cada metedura de pata forman parte de su biografía. Aunque hoy el toro no sea más que una mancha blanquecina sin forma, ella lo lleva con orgullo, como quien acepta sus errores y los transforma en anécdotas.

El tatuaje que se resistió al olvido

Las redes sociales no tardaron en reaccionar. En sus fotos de verano, los seguidores más atentos ya habían notado que aquel tatuaje tenía una forma cada vez más ambigua, más cercana a una mancha de tinta que a cualquier animal reconocible. Pero Belén, lejos de ocultarlo, lo ha transformado en un emblema de humor, autenticidad y memoria. Mientras otras famosas borran el pasado con láser, Belén Esteban, actual colaboradora en la no tan exitosa ‘Familia de la tele’, lo muestra sin complejos… aunque ya nadie sepa muy bien qué representa.