El fundador de Amazon, Jeff Bezos, y la periodista Lauren Sánchez siguen siendo noticia incluso después de su boda multimillonaria. Se casaron en junio, en una celebración de tres días en la isla de San Giorgio Maggiore, en Venecia. Hubo fuegos artificiales, vestidos de alta costura y una lista de invitados digna de Hollywood. Pero lo que más ha dado que hablar no es el lujo, sino la intimidad del matrimonio: Bezos y Sánchez no duermen juntos.

La pareja decidió mantener habitaciones separadas en su mansión de Miami, una de las propiedades más exclusivas de Estados Unidos. Según algunos medios del país norteamericano, el magnate prefiere tener su propio espacio, una costumbre que ha mantenido desde hace años. Cada uno tiene su dormitorio completo, con baño, armario y zona de trabajo. Lo hacen, según cuentan, para “preservar la armonía”. A veces duermen juntos, otras no. Bezos valora el silencio y el control absoluto de su entorno, mientras que Lauren es más nocturna y habladora.

Jeff Bezos i Lauren Sánchez, boda venecia
Jeff Bezos y Lauren Sánchez, boda venecia

Jeff Bezos y Lauren Sánchez mantienen su espacio personal privado

Esta peculiar decisión no sorprende a quienes conocen al empresario. A sus 60 años, Bezos ha pasado de ser el ingeniero obsesivo que fundó Amazon en un garaje a uno de los hombres más ricos y metódicos del planeta. Con más de 220 mil millones de dólares de fortuna, no deja nada al azar. Ni siquiera el descanso. Dicen que se acuesta temprano, sin distracciones, y que sigue rutinas casi militares para rendir al máximo.

Antes de la boda, el empresario ya había dejado todo atado y blindado. Su equipo legal redactó uno de los acuerdos prematrimoniales más comentados del año. El documento, según la prensa estadounidense, fue firmado en Estados Unidos antes del enlace veneciano y contó con la participación de tres de los abogados de divorcio más prestigiosos del país.

Jeff Bezos, fundador de Amazon
Jeff Bezos, fundador de Amazon

Bezos blinda su fortuna tras la experiencia con MacKenzie Scott

El objetivo era proteger su patrimonio. Tras su divorcio de MacKenzie Scott en 2019, una de las separaciones más costosas de la historia, Bezos aprendió la lección. Su exmujer recibió 38.000 millones de dólares en acciones de Amazon, algo que no piensa repetir. Por eso, el nuevo contrato limita las compensaciones económicas y resguarda los intereses de sus cuatro hijos.

Aun así, el acuerdo no es nada tacaño. Fuentes de Page Six aseguran que, en caso de ruptura, Lauren Sánchez recibiría una fortuna colosal, suficiente para que “nadie de su familia tenga que trabajar en siglos”. Además, el contrato se ha hecho válido en todos los lugares donde Bezos tiene propiedades: California, Texas, Washington D.C., la isla de Maui y Miami.