(Despacho de Ada Colau. Llaman a la puerta.)

– Si es algún latero, algún mantero o un piso turístico, no hay nadie...

Desde el otro lado de la puerta se oye una voz. No es potente. No es firme. No retumba. Es una voz sin confianza.

– Hola Ada, soy la izquierda catalana y vengo a pedirte que, definitivamente, me lideres.

Vaaa, pasa, pesada... Hace unos días pensaba en ti. Estaba de vacaciones y me dije a mí misma: "cuándo vuelva al despacho, a ver cuándo tardará la izquierda antigua al venirme a ver...". ¡Y hete aquí!

– Es que nos tenemos que poner ya, Ada...

– Habla por ti, que yo hablaré por mí.

– ¿Eso es un no?

– A ver una cosa. ¿Tú, cuanto hace que no te miras al espejo? Segunda pregunta, ¿tú cuanto hace que no te compras ropa? Y, tercera pregunta: ¿tú la ropa te la compras en el mismo sitio donde la Cubana fue a buscar el vestuario de Les Teresines, verdad? Pero, pero... ¿Tú te has visto? ¿Tú has visto la pinta que tienes?

– Sí, quizás me he quedado un poquito antigua, pero eso es fácil de solucionar. De hecho podríamos decir que soy tan antigua que soy moderna porque la moda ya ha dado toda la vuelta y ha retornado a mí. ¿Digamos que soy vintage? ¡Eso ahora vende mucho!

– En política no existe el vintage. En política, ayer es la prehistoria. La Nueva Política, tan moderna ella, ha durado seis meses. Los nuevos liderazgos son de gente comprometida, con imagen próxima, que haya instalado en la gente un frame de relato. Los nuevos liderazgos son una marca. ¿Lo tenemos claro eso?

– Pues va, tú que eres todo eso, empezemos mañana mismo...

– Mira, izquierda antigua... En los nuevos liderazgos no hay prisa. O no lo tiene que parecer. Tiene que parecer que todo se hace de una forma natural, sin imponer nada. A la gente no le gusta que parezca que le quieren imponer nada. ¡¡¡Mira las bases convergentes!!! Incluso ellas se revelaron. Hay que imponérselo todo, pero haciendo ver que no. Hay que dejar al aire la intención y que caiga como lluvia fina. Y entonces, ¡pam! ¡Hecho!

– Tenemos que empezar con urgencia a hacer mella en el discurso indepe. Hace falta una alternativa de izquierdas con un discurso sólido basado en la fraternidad. ¡Y eso no se hace en dos días!

– ¿Ah no? ¿Cuándo tiempo pasó entre que dije que me presentaría a la alcaldía de BCN y que fui alcaldesa?

– Pero lo estuvisteis preparando durante tiempo...

– Exacto, lo estuvimos preparando. "ESTUVIMOS". Nosotros. No nosotros y vosotros. Y nos votaron a nosotros, no a vosotros.

– Pero en el Ayuntamiento tienes toda nuestra estructura, la que existe allí dentro desde 1979...

– Claro, nosotros no tenemos estructura, pero tenemos los votos. Vosotros no tenéis los votos, pero tenéis estructura. Gana la banca, gracias. ¿Alguna cosa más?

– Pues que nosotros tenemos que ser importantes en la nueva confluencia. No podemos ser comparsas.

– ¿Ah no? Tú observa los resultados de Barcelona en Comú y de En Comú Podem y los de Catalunya Sí Que Es Pot. ¿Ya? Ahora piensa en la diferencia que hay cuando yo doy apoyo a una confluencia y cuando no la doy. Y después sacas conclusiones...

– ¿Será por los resultados de las segundas generales, verdad? Tú diste apoyo a En Común Podem y me temo que la cosa no fue como estaba previsto, ¿verdad?

– Mira, izquierda caduca, como dije a unos vecinos que me reclamaban mejoras por su barrio: "Me llamo Ada, sin hache. Nadie puede hacer magia". Que pases un buen día...

Ah, y una última cosa... ¿ya has visto mi nueva imagen? La estrené el lunes en TV3. Simpatía, claridad y suavidad. Refuerza la marca...