La historia de esta propiedad parece sacada de una novela. Una mezcla de arte, amor y arquitectura que hoy sigue buscando dueño. La mansión modernista que Rosalía recibió como regalo sentimental se mantiene en pie, majestuosa, silenciosa y llena de simbolismo. Un edificio imponente. Un pedazo de patrimonio catalán. Un hogar que nunca llegó a ser hogar.

La artista vive un momento brillando más que nunca. Su reciente etapa musical ha vuelto a colocarla en el centro del mapa. Aun así, lejos del ruido mediático, en Manresa continúa esperando una joya arquitectónica que lo tiene todo… menos comprador.

Así es la mansión que Rosalía vende en Manresa

La finca, conocida como La Morera, es un ejemplo del modernismo catalán. Fue reformada en 1905 por el arquitecto Ignasi Oms i Ponsa, una figura clave del movimiento. El encargo original buscaba crear una residencia señorial para el industrial Josep Portabella i Cots. Y se nota. Cada rincón desprende historia. Cada detalle evidencia la artesanía de otra época.

La propiedad se extiende sobre más de 28 hectáreas y cuenta con entre 3.125 y 3.200 m² construidos. Un verdadero feudo privado a solo 65 kilómetros de Barcelona. Un refugio espectacular que combina naturaleza, arte y tradición.

El interior conserva vidrieras originales, chimeneas modernistas y suelos hidráulicos que parecen recién salidos de un museo. Diez habitaciones amplias. Baños con acabados de época. Una cocina renovada. Una zona de juegos. Incluso un jacuzzi. Todo convive en un equilibrio extraño entre pasado romántico y comodidades actuales.

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La Morera en Manresa
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La galería central es una de las joyas de la casa. Una estructura coronada por una cúpula donde el vidrio trabajado filtra la luz de manera casi mágica. Esa claridad lo inunda todo. Potencia los colores verdes que se repiten en distintos puntos de la vivienda. Aporta vida y crea ambiente.

Sigue sin comprador

Las chimeneas y los azulejos artesanales evocan la estética naturalista del modernismo. Las vidrieras, con motivos orgánicos, conectan con el jardín y con la naturaleza exterior. Todo está pensado para dialogar. Para respirar armonía. Para mantenerse fiel a su origen.

Fuera, la propiedad es igual de impresionante. Una piscina con vistas directas a Montserrat. Caballerizas. Una capilla privada. Cipreses que acompañan el camino. Por todo ello, La Morera está catalogada como Bien Cultural de Interés Local.

Rauw Alejandro regaló la finca a Rosalía en uno de los momentos más felices de su relación. La compraron juntos. La anunciaron con un emotivo “T’estimo” en redes. Sin embargo, tras la ruptura, la casa salió a la venta por 2,2 millones de euros.

Hoy, dos años después, sigue allí. Esperando. Conservando intacto su encanto modernista, su historia y su misterio. Una obra de arte sin propietario. Un palacio detenido en el tiempo, deseando que alguien lo vuelva a llenar de vida.