Se ha ganado a pulso ser uno de los principales referentes de este país. Hablar de comunicar es hablar de Iñaki Gabilondo. Y de rigor. Y de compromiso. Y de dignidad periodística. Una cosa que no se prodiga mucho en los medios últimamente. El periodista vasco lamenta que estemos en un momento donde la sociedad y algunos profesionales de la comunicación no tengan grabado a fuego una palabra, "decencia".
Gabilondo ha estado en Barcelona para dar una ponencia sobre directores de comunicación en el marco de Netcom, un encuentro anual que este año celebra el décimo aniversario de Dircom Catalunya, la asociación de comunicadores. En un acto en la Antigua Fábrica Estrella Damm, presentado por Ramon Pellicer y con la presencia de la presidenta de la entidad, Maria Lluïsa Martínez Sistau y la presidenta de Dircom, Montserrat Tarrés, Gabilondo hizo una ponencia ante 300 invitados que no se atrevían a hacer ni un ruido mientras él hablaba. Estaban escuchando a uno de los tótems de la comunicación. Gabilondo analizó el presente y el futuro de una sociedad donde las nuevas tecnologías lo invaden todo. Y también habló en exclusiva para los micrófonos de En Blau.
Y un tema que le preocupa sobremanera: la decencia, o falta de, que abunda hoy en día en las ondas y los canales de televisión: " "No está de moda la decencia, está de moda el cinismo. La necesidad de recuperar el valor de la palabra dada, del respeto, es un trabajo a hacer, porque ahora está contracorriente este pensamiento. Pero va a ser imprescindible ese pensamiento para poner orden en este barullo. Las fake news, las redes sociales, están metiendo muchísimo escombro, y es imprescindible encontrar una boya en la que sujetarnos para no hundirnos." Sigue con los símiles acuosos: "En una inundación, lo primero que escasea es el agua potable. En el mundo de la comunicación ocurre lo mismo, hay que encontrar la comunicación potable entre tantos escombros, manteniendo la bandera de la credibilidad, de la solvencia".
El periodismo naufraga, por culpa de mucha gente con derecho a micro o con una cámara en frente que suelta la primera tontería que le viene a la cabeza y que ridiculiza las opiniones contrarias a sus tesis, cosa que él lamenta: "junto a las mentiras, los descaros, hay cosas con envoltura de verdad, y por eso es más peligroso y difícil, porque están emboscadas en el maremoto de lo superficial, lo descarado, lo sin pies ni cabeza... viene todo mezclado, y en esa arenilla hay muchas cosas metidas. Hay preocupación de que se vaya metiendo 'mercancia de contrabando', es muy peligroso, pero muy difícil de detectar". En resumen, periodismo de bufanda. Gabilondo va más allá y vislumbra un indicio de esperanza: "a pesar de todo, los cínicos no van a sobrevivir. En el mundo de la comunicación los que se hayan convertido en referentes de solvencia serán los supervivientes. La gente les va a pedir esa trazabilidad de su decencia".
El País
Medalla al Mérito al Trabajo, 6 Ondas, Cruz de Sant Jordi, Premio Ortega y Gasset y un largo etcétera llenan los estantes de un hombre que durante veinte año explicó a los oyentes todo lo que tenían que saber al frente de su programa Hoy por hoy en la Cadena SER. Después, diferentes informativos en Cuatro y CNN+. Actualmente Gabilondo está preparando la tercera temporada de Cuando ya no esté, para Movistar, programa de divulgación donde habla con expertos de diferentes materias sobre cómo será el mundo dentro de 25 años. Por eso, habla precisamente de un futuro donde no nos tenemos que perder ni dejar engañar por las voces vacías que pululan hoy en día por los medios: "yo estoy ya en el ultimo segundo de mi carrera profesional. No nos perdamos en el barullo, vivamos en él, pero siempre con decendia".
El periodista de San Sebastián también tuvo palabras para analizar la difícil situación por la que vive, precisamente, la televisión donde trabaja su buen amigo y presentador del acto, Ramon Pellicer, después de que este reconociera hace unos días a En Blau que la situación en TV3 era muy difícil por los graves problemas económicos: "uno de los problemas grandes del periodismo es que hay pánico financiero. Mucha de la energía de los medios de comunicación está dirigida, en lugar de a hacer la mejor la comunicación, a sobrevivir, a sobrenadar la crisis financiera, ahorrando por aquí, recortando por allá. Es un momento muy apurado".
Y una reflexión en voz alta sobre la manifestación de ayer en favor de las mujeres: "hoy es un día muy importante, el capítulo que se ha escrito hoy es histórico y mañana 9 de marzo, nos toca a todos pasar a limpio lo que hemos aprendido hoy para empezar un nuevo capítulo y que las relaciones entre hombre y mujer sean unas relaciones históricas". Lo que decíamos: un hombre decente de los pies a la cabeza. Y no abundan.