La noche electoral ha sido larga en Andalucía. Susana Díaz todavía no se puede ni creer que la derecha le haya arrancado la mayoría. Santiago Abascal entrando a caballo en el parlamento andaluz es definitivamente la peor de las pesadillas. De momento. Algunos de los que ahora se ponen echan las manos a la cabeza hace tiempo que contribuyen a lo que ayer fue una realidad. La fuerte irrupción de Vox pone a todos los demócratas en alerta. Los que le han dado cabida ahora se lavan las manos.

España es el único país de Europa donde la ultraderecha no existe, decían. Al mismo tiempo que invitaban a los dirigentes de Vox, día sí y día también, a medios de comunicación y concentraciones por la unidad de España. Desde estos espacios, el mensaje ahora claro está. Sacudirse la responsabilidad y culpar los 'indepes', que han "despertado al fascismo".

Ignasi Guardans ACN

Ignasi Guardans | ACN

El último en sumarse a esta tesis es Ignasi Guardans. El exconvergente, que no hace mucho comparaba a los maestros catalanes con los pederastas, no lo ha podido evitar: “Lo de Vox en Andalucía es otra de las aportaciones que debemos agradecer a los independentistas catalanes. Se habría evitado si no se les hubiera dejado contaminar el Gobierno de España”. Como era de esperar, la pizza con piña tiene un culpable y vive en Sant Esteve de les Roures.

Los independentistas lo han reventado todo. Cuarenta años de democracia española al garete. Todo por querer un referéndum de autodeterminación. ¿Cómo han podido romper el pacto constitucional sin calcular las consecuencias? Del Estatut mejor hablamos otro día.

El nieto de Francesc Cambó, fundador de la Lliga, cree que Vox es un invento del independentismo para arruinar la carrera política de Inés Arrimadas. Puro marketing para perjudicar Ciudadanos.

Pero Guardans nunca tiene suficiente. Los votantes de la ultraderecha son unos angelitos y reciben a todo el mundo con té y galletas danesas: “Yo nunca he tenido problema con los electores de nadie. Ni siquiera con los de Hitler. ¡Ay, madre! En el mismo saco añade a Bolsonaro, Trump, Le Pen y Salvini.

Las reacciones en la red no se han hecho esperar. Una tromba de antidemócratas enemigos de Hitler contestan a Ignasi:

Sea como sea, Vox ya es una realidad. En 2019 hay elecciones autonómicas en trece comunidades, además de las municipales y las europeas. Mientras algunos buscan en Catalunya a los culpables del aumento de la ultraderecha, Vox sigue creciendo. Si nadie se implica, el 26 de mayo la realidad nos volverá a explotar en la cara.