En un mundo donde muchos artistas buscan elogios fáciles y aplausos superficiales, Gustavo Santaolalla, con sus 55 años de experiencia profesional y genialidad, lanza una declaración que sacude a la industria: “No me gusta que digan ‘te quedó bien’: las cosas se hacen bien”. El dos veces ganador del Óscar, conocido por ser el creador de las bandas sonoras de Brokeback Mountain (2005), Babel (2006) y la emblemática melodía de la serie The Last of Us (2023), habló sin tapujos en una charla con Diego Barrazas, moderador de Dementes podcast, dejando frases que se sienten como bofetadas de realidad para quienes creen que la creatividad es puro azar.
El músico argentino, clave en la historia del rock en español y el nuevo folk latinoamericano, dejó claro que su carrera no se sostiene solo en premios ni en currículums brillantes, sino en una manera distinta de mirar los errores, la inexperiencia y la autenticidad. Santaolalla asegura que lo inesperado es su verdadero combustible creativo

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Gustavo Santaolalla: el valor del error y la inexperiencia en el arte
Mientras muchos consideran que la perfección es la meta, Santaolalla propone otra visión: el error puede ser un hallazgo. En su conversación en Dementes podcast, explicó que cuando una nota equivocada aparece en medio de la ejecución, no siempre es un accidente: “Muchas veces el error es una intención oculta”. Según él, esa falla puede abrir un camino creativo que de otro modo habría permanecido enterrado.
Este respeto hacia lo inesperado se complementa con su fascinación por la inexperiencia. Lejos de glorificar únicamente la veteranía, Santaolalla sostiene que los frutos de la inexperiencia son tan valiosos como los de la experiencia. Para él, el “no saber” también puede ser una herramienta poderosa, porque obliga al artista a buscar soluciones inéditas y a escuchar caminos que, en apariencia, no tienen lógica.

“No me quedó bien, lo hice bien”: la contundencia de una idea
Otro aspecto impactante de su discurso fue su forma de relacionarse con otros músicos. A lo largo de su carrera, produjo álbumes icónicos para Café Tacvba, Molotov y Juanes, y aun así afirma que jamás se posiciona como un simple complaciente. “No se trata de decir sí a todo”, explicó en el podcast. Su método consiste en darle forma a la idea del artista, respetándola, pero aportando la sabiduría técnica y creativa que lo han convertido en leyenda.
La declaración que generó más impacto en la charla fue su rechazo a la expresión coloquial “te quedó bien”. Para Santaolalla, decir que algo “quedó” bien minimiza el esfuerzo del creador, como si el resultado hubiera sido una suerte de accidente. En cambio, insiste en que las cosas se hacen bien o se hacen mal, pero no simplemente “quedan”.
Esta reflexión expone un principio clave de su filosofía: el arte no debe depender del azar ni del elogio pasajero, sino del compromiso y la convicción. Y aunque el músico admite que lo aleatorio y el error sí juegan un papel en el proceso creativo, su enfoque rompe con la narrativa romántica del "genio accidental". La conversación en Dementes podcast muestra a Gustavo Santaolalla no solo como un músico excepcional, sino como un pensador provocador que reivindica el arte como un acto consciente, deliberado, donde cada decisión y cada paso están cargados de significado.