Lara Álvarez era uno de los rostros más reconocidos de Mediaset, pero hace dos años comunicó que abandonaba al grupo de comunicación para emprender nuevos retos. En los últimos años ha estado vinculada al reality ‘Supervivientes’. Mano a mano con Jorge Javier Vázquez conducían con éxito el espacio. Presentó una decena de ediciones, pero su deseo no llegaba y decidió poner punto y final a esa etapa.
La asturiana ha sido la protagonista del último capítulo del podcast de Vicky Martin Berrocal y allí ha confesado por primera vez cómo decidió irse de Mediaset. Fue una etapa muy exitosa, pero no le aportaba lo que ella quería.
Cree que ha llegado en el momento en que puede elegir lo que le apetece y lo que no. Hasta que no cambió de rumbo laboral no se vio preparada para ello. Le costó mucho tomar esa decisión. Lara ha reconocido que “antes era culpa, mal, qué desagradecida, fustigarme. Ahora es como… ¿yo por qué no? ¿Miedo a qué? Antes era no sé qué va a pasar si dejo esto, me quedo sin trabajo…”. Pero después supo ver más allá.
Lara Álvarez tiene las cuentas saneadas y no tiene hijos ni cargas familiares
Durante su época de éxito, la presentadora ahorró y precisamente ha sido el buen estado de sus cuentas el que hizo que tomase la decisión de abandonar Mediaset. Muy realista, ha explicado que "una parte fundamental que no todo el mundo tiene, es la solvencia económica. Además de la experiencia, Mediaset me ha posicionado económicamente. No he sido muy loca con el dinero. Lo he sabido invertir bien, he sido prudente. No necesito mucho para ser feliz. La solvencia económica ayuda mucho. No tengo hijos, no tengo una familia que dependa de mí, no tengo una responsabilidad más allá de mi vida. Que ya es responsabilidad. Pero no todo el mundo tiene eso a favor”.
Pero lo que le hizo tomar finalmente esta decisión fue que creyó que había finalizado una etapa, ya no era feliz. “La sensación de no me muevo de aquí porque es donde yo me siento bien, pero escuchas el cuerpo. Lo hacemos difícil y lo hacemos al revés. Siento que me tengo que ir, pero me voy a quedar. Esto no me deja dormir, pero si me voy soy desagradecida. Esto me está generando ansiedad, pero es porque no estoy centrada. Lo hacemos al revés. Tengo una tatuaje con mi hermano que dice ‘hazlo fácil’”, ha dicho sobre cómo por pensar en el qué dirán o en que no estaba siguiendo lo que marcaba la norma, no terminaba de dar el paso.
No fue una decisión fácil. Cree que tendría que haber hecho más caso al corazón. “La mayor dificultad fue perderme a mí en el camino. Para poder sobrellevar algo que no está vibrando contigo, o desconectas de ti o te vuelves loca. Es aprender a vivir en piloto automático. Esa es una promesa que me hice hace tiempo, no me vuelvo a desconectar de mí”.
