El crítico televisivo Ferran Monegal analizaba la última entrega del programa de Alberto Chicote, el ¿Te lo vas a comer?, en el que el chef analizaba la calidad de las comidas que se ofrecen en el Ejército español. Un tema delicado de exponer con solvencia y verosimilitud, como explicaban testimonios de las fuerzas armadas, por miedo a las represalias: "No podemos decir nada. Se considera una traición a España". Pensad que estamos hablando de que consumen, supuestamente, "tortilla de patatas con moho de varios días, comida agusanada y fruta podrida."
@albertochicote
Esta "traición", a pesar de no descubrirnos nada nuevo, explica por sí misma las dudas que podían surgir entre los espectadores de La Sexta a la hora de valorar con objetividad el capítulo, en especial aquellas partes que dejan el pabellón culinario de la tropa por las nubes. Pero Monegal sí que hizo un descubrimiento que había pasado desapercibido, al relacionar a los descendientes del dictador Franco con los proveedores de cátering de las fuerzas armadas. Concretamente, con una: Dulcinea Nutrición, la responsable del lamentale episodio de un cuartel de Cádiz dónde sirvieron una "fideuá (???) con gusanos".
Cope.es
La Sexta
Monegal explica que Chicote fue recibido a "cara de perro" en la sede de la empresa, sin obtener respuestas convincentes que explicaran la presencia de los gusanos en el menú de los soldados. Es entonces cuando el crítico desliza la relación entre los bisnietos de Franco y esta empresa: "Me he tomado la molestia de buscar quién está detrás de Dulcinea y veo que el apellido Ardid Martínez Bordiú figura detentando el cargo de presidente. ¡Ah! Parece que Franco, en materia gastronómica, también lo dejó todo atado y bien atado" por la vía familiar. Como diría Javier Cárdenas: "¿Casualidaaaad?"
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Comida asquerosos, contratos "a dedo" y la familia Franco que sigue disfrutando de prebendas y "mamandurrias". Un menú que se indigesta al estómago más robusto.