La Costa Brava esconde un rincón que desde hace casi un siglo se convirtió en leyenda. En la discreta península de S’Agaró se levanta el Hotel La Gavina, un enclave que comenzó como un proyecto casi accidental y que hoy es sinónimo de lujo, misterio y clientela de alto perfil. Desde Ava Gardner hasta Lady Gaga, pasando por Elizabeth Taylor, Orson Welles y John Wayne, las suites de este paraíso han sido testigo de romances, engaños y excesos que han alimentado la crónica social durante décadas.
Lo que empezó en 1932 como un pequeño hostal con apenas 11 habitaciones, ideado por la familia Ensesa, se transformó con el tiempo en un santuario blindado frente a curiosos y paparazzi. Y aunque las estrellas cambian, el magnetismo de La Gavina permanece intacto: es aquí donde las divas actuales buscan lo mismo que los mitos de antaño, un escondite de lujo lejos de los flashes.
Historia y secretos del hotel más exclusivo de la Costa Brava
El origen de este mítico rincón se remonta a un hecho insólito: unas tierras recibidas como pago por una deuda terminaron convirtiéndose en el epicentro del turismo de lujo en Cataluña. Lo que parecía un simple terreno sin electricidad ni agua potable, fue transformado en una urbanización de ensueño gracias al arquitecto Rafael Masó. Con el paso de los años, la familia Ensesa levantó el hostal que acabaría escribiendo páginas doradas en la historia del glamour europeo.
Los años 50 marcaron la primera explosión mediática del lugar. Elizabeth Taylor rodó allí parte de 'De repente, el último verano', y con su bañador blanco inmortalizó las aguas cristalinas de S’Agaró. Ava Gardner, por su parte, protagonizó uno de los episodios más recordados cuando, según la leyenda, recibió una bofetada de Frank Sinatra en el bar del hotel, tras descubrir la supuesta relación de la actriz con el torero Mario Cabré. La anécdota fue tan sonada que aún hoy los empleados del hotel la cuentan como parte de su folclore privado.
De las musas de Hollywood a las divas del pop actual
La lista de visitantes ilustres de La Gavina es interminable: Orson Welles rodando películas, Peter Sellers disfrutando de su ironía, John Wayne paseando por la bahía de Sant Pol y hasta Josep Pla refugiándose en la habitación 113 para escribir lejos del frío de Pals en invierno. “Aquí celebraba algunas de sus conocidas reuniones literarias”, explicó el director del hotel, Alberto Depau.
Hoy, el protagonismo lo toman las grandes voces de la música y las personalidades que prefieren la exclusividad antes que la ostentación pública. Lady Gaga, siempre celosa de su privacidad, ha sido una de las clientas que exigió medidas extraordinarias para evitar la intrusión de paparazzis. Según empleados del hotel, la cantante solicitó que se reforzaran las entradas y pidió servicios personalizados para garantizar su descanso absoluto. Un detalle que confirma que, a pesar del paso del tiempo, La Gavina sigue siendo el escondite favorito de las estrellas internacionales.
Actualmente, el hotel presume de 53 habitaciones y 21 suites de lujo, todas decoradas con piezas históricas: tapices flamencos, bargueños del siglo XVII, lámparas de Murano y jarrones de Sèvres del XVIII. Una mezcla de arte, elegancia y exclusividad que atrae a las élites de la política, el cine y la música. Pero más allá de la opulencia, lo que realmente diferencia a este enclave es la discreción férrea con la que se protege a cada huésped.