La reconciliación entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva parecía, al menos de puertas para afuera, una historia de amor revitalizada. Sin embargo, el clan Preysler no está dispuesto a pasar página tan fácilmente. Según fuentes muy cercanas al círculo íntimo de la pareja, Enrique Iglesias ha lanzado una seria advertencia a su hermana: no quedarse embarazada bajo ninguna circunstancia. Y no ha sido un comentario al aire. Se trató de una conversación directa, íntima y tensa, en la que el cantante expresó su profunda preocupación. Para Enrique, traer un hijo al mundo en medio de tantas dudas sería, literalmente, "el mayor error de su vida". La frase retumba ahora entre las paredes del ático de Puerta de Hierro, donde se intenta mantener la imagen de familia feliz.
La desconfianza de Enrique Iglesias hacia Íñigo Onieva no ha disminuido
La relación entre Enrique Iglesias e Íñigo Onieva es inexistente. El cantante ha sido tajante: no lo recibe en su casa, no mantiene comunicación con él y, lo más llamativo, ni siquiera asistió a la boda de su hermana. Una ausencia que muchos justificaron con “problemas de agenda”, pero que hoy se revela como una clara muestra de rechazo. El pasado del empresario continúa siendo un escollo difícil de superar. Las infidelidades que dinamitaron la primera etapa del noviazgo, los rumores de fiestas privadas, y los comportamientos erráticos que aún se comentan en voz baja, lo siguen persiguiendo. Enrique, protector y reservado, habría dicho que una cosa es perdonar una traición, y otra muy distinta es traer un hijo al mundo con alguien que no ha demostrado ni madurez ni lealtad.
Los escándalos de Íñigo Onieva empañan la imagen del matrimonio
Y es que, en las últimas semanas, nuevas polémicas han vuelto a sacudir la ya frágil reputación de Íñigo Onieva. La revista Diez Minutos publicó unas fotos comprometedoras del empresario cenando en un restaurante de lujo en Madrid. No es la compañía lo que llamó la atención, sino su comportamiento: risas con dos mujeres y una salida misteriosa de madrugada, sin rastro de Tamara.
Días antes, fue visto en un hotel del centro de la capital actuando de manera, cuanto menos, inquietante: corriendo por los pasillos y ocultándose tras un contenedor de basura. Testigos aseguran que parecía intentar evitar a alguien. ¿Un antiguo conocido? ¿Una figura mediática? ¿Un paparazzi al que temía? Las hipótesis están sobre la mesa, pero las explicaciones brillan por su ausencia.
La marquesa de Griñón, por su parte, guarda silencio. Intenta mantener la compostura, aferrada a una idea de amor romántico que ya no convence ni a los suyos. El entorno familiar no da un duro por la relación, y lo dicen con resignación. Por eso, Tamara Falcó se encuentra en un punto crítico. Mientras en público luce su anillo de casada con orgullo y declara estar viviendo una nueva etapa de amor, en privado escucha a quienes más la quieren, ya que Enrique Iglesias no está solo en su desconfianza: la propia Isabel Preysler se mantiene prudente, pero no oculta su malestar cuando se menciona el nombre de Íñigo Onieva.