La socialité y musa de elegancia a sus 74 años, Isabel Preysler, ha vuelto a acaparar titulares tras confesar el verdadero secreto de su imagen fresca y su vitalidad inquebrantable. Alejada de rumores sobre tratamientos estéticos o cirugías, la madre de Tamara Falcó desvela que la clave está en un ritual diario sencillo: un desayuno nutritivo y consciente que combina frutas, semillas y una bebida antioxidante, más conocida como agua de Jamaica. Preysler baraja esta rutina matinal como un pilar de su bienestar y un reflejo de sus valores de moderación y constancia. Esta revelación pone el foco en cómo su alimentación, no los bisturíes, juega un papel clave en su rejuvenecimiento.
Un desayuno digno de análisis
Tal y como se muestra en su documental “Isabel Preysler: Mi Navidad” disponible en Disney+, la socialité detalla paso a paso su desayuno:
Agua caliente con lima y vitaminas: Un inicio depurativo que, según diversos expertos, ayuda a activar el metabolismo, estimular la digestión y favorecer la absorción de nutrientes.
Zumo de pomelo, seguido de fruta de pomelo fresca y kiwi: Dos frutas cargadas de vitamina C, antioxidantes y fibra; ideales para fortalecer el sistema inmunitario, hidratar la piel y mantener la energía a lo largo del día.
Semillas de lino: Aunque Preysler las define de forma desenfadada como “comida de pájaro”, se trata de un superalimento rico en omega‑3, fibra, lignanos antioxidantes y proteínas vegetales, que ayuda a saciar, regular el colesterol y equilibrar el peso.
Agua de Jamaica: Prepárense para descubrir qué es este elixir: una infusión hecha con los cálices secos del hibisco, conocido por su intenso color rojo y poderoso contenido antioxidante. Según detalla El Economista, Preysler lo incorpora después de desayunar para aportar un extra saludable
Beneficios comprobados más allá de la estética
El agua de Jamaica –o té de hibisco– es protagonista principal en esta estrategia antiedad. Su alto contenido en antioxidantes como los flavonoides y ácidos fenólicos lo convierten en protector frente al estrés oxidativo, responsable del envejecimiento celular. Además, diversos estudios apuntan a su efecto hipotensor, ayudando a reducir tanto la presión arterial sistólica como la diastólica, así como a mejorar los niveles de colesterol y triglicéridos. Más aún, también presenta cualidades diuréticas suaves, favorece la digestión y contribuye a eliminar toxinas. Todo ello sin ser un substituto de tratamiento médico, pero sí como complemento saludable.
Una filosofía de salud y equilibrio
Lo que sobresale en esta rutina no es solo la calidad de los ingredientes, sino la filosofía que los guía: evitar extremismos nutricionales y apostar por hábitos duraderos. Un enfoque alejado de modas pasajeras o dietas milagro, fiel a una vida sencilla, natural y constante. Ese mensaje de coherencia y paciencia resuena ante una sociedad ávida de resultados rápidos y soluciones instantáneas. Preysler demuestra que la clave para una imagen lozana y un cuerpo vital no está en tecnología o productos quirúrgicos, sino en el día a día: un ritual que puede ser replicado y sostenido por cualquier persona.