El cuento de hadas que Tamara Falcó intenta vender a la opinión pública podría estar más cerca de ser una pesadilla. Detrás de los focos, los vestidos de gala y los posados de revista, se esconde un drama familiar que amenaza con fracturar definitivamente la relación entre madre e hija. Isabel Preysler, la matriarca de uno de los clanes más poderosos del panorama social español, ha perdido la confianza en su yerno, Íñigo Onieva, a quien define sin tapujos como alguien que “miente”.
Según fuentes cercanas al entorno de Isabel, la llamada “reina de corazones” no solo ha dejado de hablar con Íñigo, sino que considera que el empresario no es sincero con Tamara. Según un informante cercano a la familia, Isabel no confía en él y lo ve como una influencia negativa para su hija. Y aunque siente un amor incondicional por Tamara, ha decidido mantener distancia, dejando clara su postura: Íñigo no es bienvenido en su círculo. La situación habría llegado a tal punto que Isabel, movida por la desesperación, le habría dicho a su hija una frase que retumba en los pasillos de la alta sociedad: “Deja de vivir engañada”. Para la socialité, la historia entre Tamara e Íñigo no es más que una bomba de relojería.
Escándalos, rumores de infidelidad y episodios extraños empañan la imagen de Íñigo Onieva
El historial reciente de Íñigo Onieva no ayuda a calmar las aguas. Su nombre ha protagonizado titulares por razones muy alejadas del glamour. Hace apenas unas semanas, el empresario fue captado por testigos en una actitud sospechosa dentro de un hotel de Madrid. Fuentes presenciales aseguran que Íñigo corría por los pasillos, nervioso, hasta terminar escondido detrás de un contenedor de basura, como si intentara evitar una confrontación. Este episodio ha desatado múltiples preguntas sobre si intentaba escapar de alguna persona o de un secreto que podría salir a la luz en cualquier momento.
Pero este no ha sido un caso aislado. Se rumorea que el comportamiento errático de Íñigo no es nuevo, y que existen evidencias que respaldan las acusaciones de infidelidad que tanto se le achacan. Sin embargo, Tamara Falcó sigue firme en su defensa, evitando enfrentarse a una verdad incómoda que podría dinamitar su matrimonio. Por ello, en sus apariciones públicas, como en El Hormiguero, Tamara adopta una imagen casi de cuento de hadas, refiriéndose a Íñigo como su “gran amor” y asegurando que atraviesa una etapa “maravillosa” en su vida. Pero entre bambalinas, los nervios están a flor de piel, y muchos se preguntan hasta cuándo podrá sostener esa fachada.
Tamara Falcó, dividida entre el amor de su madre y la lealtad a su marido
La presión a la que está sometida Tamara Falcó es cada vez más evidente. En el epicentro de esta tormenta emocional, la marquesa de Griñón se debate entre la fidelidad a su marido y la conexión inquebrantable que siempre ha tenido con su madre. El conflicto ha escalado al punto de provocar una ruptura nunca antes vista en la familia: este verano, madre e hija han optado por seguir caminos distintos y disfrutar sus vacaciones por separado. La situación parece no tener una solución inmediata. Isabel, con su elegancia característica, ha optado por el silencio público, pero en privado no esconde su decepción ni su preocupación. El entorno más íntimo de la socialité asegura que Isabel teme por el bienestar emocional de su hija y que no descansará hasta que Tamara abra los ojos.